"Nuestro foco está en la innovación en toda su amplitud para contribuir a la economía circular"
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Javier Domínguez Lino es el Presidente Ejecutivo de la Sociedade Galega do Medio Ambiente, Sogama. Empresa pública autonómica, creada en el año 1992 por el Decreto 111/1992 de la Xunta de Galicia, y adscrita a la Consellería de Medio Ambiente,Territorio e Vivenda, que se concibe como un instrumento operativo al servicio de la política ambiental de Galicia y al servicio del Gobierno de la Xunta en general.
En esta entrevista abordamos aspectos relevantes de la actualidad de la compañía, repasamos la actividad de los últimos meses y miramos al futuro para conocer la estrategia y proyectos de la compañía en materia de gestión de residuos.
Ya han pasado varios meses desde que dejamos atrás 2020, ¿cómo ha impactado la situación sanitaria en la gestión de los residuos urbanos desde Sogama?
Dada nuestra condición de servicio público esencial en la gestión y tratamiento de los residuos urbanos, y teniendo en cuenta el riguroso protocolo por el que se rige esta empresa en materia de prevención de riesgos laborales, desde el inicio de la pandemia se incorporaron una serie de medidas para evitar que afectase de lleno a los trabajadores y, en general, a nuestro cometido en Galicia.
Éramos plenamente conscientes de que una incorrecta gestión de los residuos urbanos agravaría un problema de salud pública sin precedentes.
Con el primer confinamiento y las restricciones en la movilidad, nos inquietó mucho la posibilidad de quedarnos sin suministros críticos procedentes de otras comunidades y países por su carácter indispensable para el correcto funcionamiento de nuestras instalaciones.
Afortunadamente, conseguimos sortear las adversidades con el esfuerzo de toda la plantilla y la inestimable ayuda de la Xunta de Galicia.
En tiempo récord habilitaron una instalación paralela en el Complejo de Cerceda para el tratamiento de residuos sanitarios previo a su valorización energética, ¿cómo surgió esta iniciativa? ¿qué ha supuesto en términos medioambientales y sanitarios?
La presión hospitalaria con un incremento exponencial de enfermos de Covid se tradujo en una creciente generación de residuos sanitarios. La sobresaturación de las plantas especializadas en el tratamiento de estos desechos y su falta de capacidad para procesarlos en su totalidad, llevó al SERGAS (Servicio Gallego de Salud) a solicitar, a través de la Consellería de Medio Ambiente, la colaboración de Sogama para que la compañía se hiciese cargo de los desechos sanitarios de bajo riesgo procedentes de los centros adscritos a este organismo. Es el caso de buzos, guantes y mascarillas desechables.
Tomando como referencia las instrucciones dictadas en su momento por los Ministerios de Sanidad y para la Transición Ecológica, donde se contemplaban dos opciones de tratamiento para estos residuos: vertedero o valorización energética, dando preferencia a esta última, Sogama, una vez dispuso de la correspondientes autorización administrativa y ambiental para llevar a cabo este cometido, habilitó en su Complejo Medioambiental de Cerceda (A Coruña) una planta provisional en la que los residuos referenciados son triturados y acondicionados para su conversión en combustible CDR, que luego es valorizado en su planta termoeléctrica a más de 850ºC, temperatura con la que se garantiza la destrucción de patógenos y elementos nocivos.
Y vuelvo a lo de antes. Como Sociedad pública autonómica, no podíamos permitir que un inadecuado tratamiento de estos desechos afectase a la salud, habiendo descartado la Administración Autonómica el vertedero por su negativo impacto sobre el entorno y las personas.
La planta de sanitarios se concibió como un módulo independiente del resto del Complejo y cuenta incluso con personal externo que opera en zonas diferenciadas a las del resto de trabajadores, disponiendo de sus propios vestuarios y áreas de descanso, rigiéndose incluso por horarios laborales diferenciados a los del resto de los trabajadores de las líneas de urbanos para minimizar riesgo de contagios.
La ventaja de Sogama es que su proceso industrial está totalmente automatizado, por lo que no hay contacto de los trabajadores con la basura, circunstancia que minimiza en gran medida los riesgos.
¿Ha variado significativamente la operativa de Sogama durante estos meses?
La operativa del tratamiento de residuos urbanos no ha variado en su esencia, aunque sí se han introducido ciertos cambios y restricciones para preservar el bienestar de toda la plantilla.
La ventaja de Sogama es que su proceso industrial está totalmente automatizado, por lo que no hay contacto de los trabajadores con la basura, circunstancia que minimiza en gran medida los riesgos.
Además, es preciso recordar que las plantas de tratamiento de residuos ya cuentan con medidas para combatir el riesgo biológico, por lo que están preparadas para lidiar con situaciones complejas como la vivida.
De las situaciones de crisis se sacan valiosas lecciones, ¿qué conclusiones sacan tras estos meses de gestión en una situación tan compleja?
Estamos ante una crisis sanitaria muy virulenta que requiere de ejemplaridad y máxima colaboración y estoy muy orgulloso de la respuesta e implicación de los distintos departamentos de esta Sociedad.
Creo que, ante la adversidad y un enemigo común que viene amenazando día tras día y que ya se ha cobrado demasiadas vidas, el conjunto de los empleados de esta empresa pública han tomado conciencia de la importancia de su labor y profesionalidad para el bienestar de la población.
Han constatado que tenemos gran capacidad de gestión, que sabemos trabajar bajo presión, que el personal, dentro de sus competencias, es capaz de buscar soluciones incluso en las situaciones más críticas.
No obstante, y más allá de todo esto, considero que la principal lección es que solo se ganan batallas con la implicación de todos. Todos somos necesarios y todos debemos estar preparados para afrontar situaciones críticas; por ello, la innovación se hace hoy más necesaria que nunca y se ha demostrado, una vez más, que constituye un ingrediente esencial para avanzar hacia el desarrollo sostenible y la economía circular.
Mirando al futuro, desde Sogama han puesto el foco en los residuos orgánicos, ¿qué papel tiene una correcta gestión de esta fracción en el cumplimiento de las directrices europeas?
Los ayuntamientos tienen de plazo hasta finales del año 2023 para implantar la recogida selectiva de la fracción orgánica a través del contenedor marrón. Si bien se trata de una competencia municipal, la Xunta de Galicia no ha querido dejarlos solos y habilitará nuevas infraestructuras públicas para propiciar la valorización de la materia orgánica mediante su conversión en compost, tal y como exige la Unión Europea.
Ahora son los entes locales los que deben ir articulando un plan de acción que contemple la dotación de medios materiales, logística y transporte y, por supuesto, campañas de formación ciudadana. También aquí contarán con el apoyo del gobierno autonómico.
La estrategia de Galicia en este sentido se sustenta en dos grandes pilares, el compostaje doméstico y el compostaje industrial.
Háblenos de las iniciativas que están desarrollando en estos ámbitos.
Sogama lidera un programa de compostaje doméstico en Galicia al que, a día de hoy, están adscritas 367 entidades (206 Ayuntamientos, 136 centros educativos y 25 colectivos sociales) entre las que ha repartido, de forma gratuita, 15.300 compostadores con capacidad para 390-400 litros y fabricados con materiales reciclados y reciclables. Asimismo, imparte cursos de formación a los participantes, edita material didáctico de apoyo y cuenta incluso con un sitio web específico www.compostaconsogama.gal.
En el ámbito industrial, su planta de compostaje de Cerceda entró en operación el pasado año y a ésta se sumarán otras tres plantas de biorresiduos que construirá y gestionará en las provincias de Lugo (municipio de Cervo), Pontevedra (localidad de Vilanova de Arousa) y Ourense (municipio de Verín). Todas ellas se ubicarán en polígonos industriales, dispondrán de naves cerradas y contarán con las últimas tecnologías para minimizar su impacto ambiental, tanto a nivel de olores como de ruidos.
En el ámbito del compostaje industrial, construiremos y gestionaremos tres nuevas instalaciones en las provincias de Lugo, Pontevedra y Ourense. Todas ellas se ubicarán en polígonos industriales, dispondrán de naves cerradas y contarán con las últimas tecnologías para minimizar su impacto ambiental, tanto a nivel de olores como de ruidos.
¿Qué características tendrán estas nuevas instalaciones? ¿Cuáles son los objetivos?
Las cuatro plantas de biorresiduos de Sogama tendrán una capacidad global para procesar 46.200 toneladas anuales de residuos orgánicos y material estructurante, previendo la obtención de entre 12.000 y 13.000 toneladas de compost.
Se unirán a la red de instalaciones de estas características, tanto públicas como privadas (actuales y futuras) para dar servicio a toda Galicia.
Sus principales atributos serán la máxima fiabilidad y robustez del conjunto de la operativa; la máxima recuperación de subproductos con técnicas automáticas de clasificación; la reducción del impacto de la planta en el entorno más inmediato con naves totalmente cerradas; la utilización de energías renovables; la disminución de la fracción de rechazos para avanzar hacia los objetivos de vertido técnico cero; la obtención de un compost estable y de alta calidad.
Las cuatro plantas de biorresiduos de Sogama tendrán una capacidad global para procesar 46.200 toneladas anuales de residuos orgánicos y material estructurante.
¿Cómo nace esta iniciativa?
Pues nace precisamente con vocación de servicio público, para ayudar a los ayuntamientos gallegos a cumplir con la normativa vigente en materia de residuos, en la que cobra protagonismo la valorización de la materia orgánica.
¿Qué otros proyectos se pondrán en marcha a corto plazo?
Galicia cuenta con una red de 37 plantas de transferencia y nuestra intención es que las de menor tamaño y capacidad (microplantas) se transformen en plantas más potentes para prestar un mejor servicio a los entes locales. En algunos casos, y por razones logísticas, se cambiarán de ubicación. También se prevé acometer reformas puntuales en aquellas instalaciones que lo precisen para que ganen en eficiencia.
¿Cuáles serán los objetivos para los próximos años en Sogama?
La innovación en toda su amplitud (tecnológica, operativa, logística y educativa) para contribuir con mayores garantías a la economía circular. Ello propiciará una mejor operativa de nuestra infraestructura industrial y, por ende, una mayor calidad del servicio que prestamos a más de 2.240.000 gallegos.
Entrevista publicada en el número 229 Marzo/Abril 2021