Hacia la economía circular del agua en la Industria del Papel y la Celulosa

Por Juan Ignacio Moreno, Director de Desarrollo de Negocio en Veolia Water Technologies

El sector papelero español se encuentra inmerso en un proceso de recuperación iniciado en el año 2015 y que está protagonizado por el crecimiento en la producción de papel para embalaje y de papeles especiales.

Esta evolución positiva viene acompañada de un destacable esfuerzo inversor, no sólo en el aumento de las capacidades productivas de las fábricas, sino además en la implantación de mejoras tecnológicas que contribuyen de forma notable a la reducción de su impacto medioambiental.

Según los datos facilitados por ASPAPEL (Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón), en el periodo 2015-2017 se han realizado importantes avances en aspectos singularmente relevantes para el sector, como la certificación de la gestión forestal sostenible, el proceso de descarbonización, la consolidación de un potente ciclo inversor en innovación y renovación tecnológica o las nuevas iniciativas de promoción del reciclaje en el marco de lo que ellos mismos denominan “Bioeconomía Circular“, basada en el consumo de materias primas renovables, productos sostenibles y el uso eficiente de los recursos.

Los motivos que han impulsado estos avances son de índole diversa: la cada vez mayor conciencia ecológica de los ciudadanos; el incremento de la competitividad a través de una mejor gestión de los recursos (materias primas, agua, energía); la valorización de residuos; un desarrollo tecnológico que ofrece soluciones que hace unos años parecían impensables; y un marco regulatorio más exigente a nivel Europeo (BREF).

En lo referente al agua, elemento fundamental en el proceso productivo de celulosa y papel, España puede presumir de ser un país con una larga tradición en la optimización de este recurso. Según los datos publicados por ASPAPEL en su Memoria de Sostenibilidad de diciembre 2018, el uso total de agua en las fábricas españolas de celulosa y papel se ha reducido un 50% respecto a la usada en 1990 y un 30% con respecto al año 2000, mientras que la producción se ha incrementado un 60% desde el inicio de la década de los noventa y un 22% desde el inicio del siglo XXI. Además, como nos recuerda ASPAPEL, el 90-95% del agua empleada en la producción es devuelta al medio receptor convenientemente depurada, tras ser reutilizada internamente el máximo número de veces posible.

Desde la década de los 60, Veolia Water Technologies acompaña al sector del papel en este camino hacia la sostenibilidad y, apoyándonos en la experiencia acumulada en más de 160 años de existencia, nuestro objetivo es seguir siendo el socio del agua de referencia en la industria del papel y la celulosa.

La apuesta de Veolia Water Technologies en I+D+i, nos permite ofrecer a nuestros clientes soluciones tecnológicas y servicios asociados que respondan de manera eficiente a nuevos retos. Tecnologías como el proceso BAS™ de lecho móvil para la depuración biológica de los efluentes típicos de esta industria, el proceso anaerobio Biobed® para el aprovechamiento del biogás o el proceso de clarificación Actiflo®, con una gran versatilidad de aplicaciones, son sólo algunos ejemplos de la capacidad tecnológica con la que Veolia Water Technologies ha conseguido una posición de liderazgo en esta industria.

Del mismo modo, en los últimos años hemos desarrollado nuevos servicios orientados a la optimización del consumo de agua, de los productos químicos y de los costes de operación. Entre estos servicios destacamos la Auditoría del Ciclo del Agua para identificar oportunidades de mejora en las 6R del agua (reutilizar, reciclar, restituir, regenerar, recuperar y reducir) o los servicios digitales de Aquavista™ Plant para optimizar los costes de operación y la capacidad de las EDARI.

Garantizar, optimizar y valorizar. Son los objetivos que nos marcamos en cada proyecto que emprendemos con nuestros clientes, teniendo siempre en cuenta sus necesidades y poniendo a su servicio las mejores técnicas disponibles para el cumplimiento del BREF.

Artículo publicado en el número 215 Mayo/Junio 2019