Gasnam y la Asociación Española del Hidrógeno firman un acuerdo de colaboración
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Gasnam, asociación ibérica para el fomento del gas natural y renovable en el transporte, y la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2) han firmado un acuerdo de colaboración en materia de energía, movilidad sostenible y uso de combustibles alternativos para el transporte.
Con este acuerdo, ambas asociaciones manifiestan su voluntad de cooperar en la organización y desarrollo de actividades de fomento de la investigación, innovación y el desarrollo tecnológico, todo ello en beneficio de la sociedad en general.
Por su parte, José Javier Brey Sánchez, presidente de la AeH2, manifiesta que “este acuerdo supone un paso más para la reducción de la dependencia energética de nuestro país. De esta manera, el empleo del hidrógeno como vector energético puede jugar un papel de vital importancia en la transición hacia un sistema energético sostenible en todos los sentidos”.
El presidente de Gasnam, Jose Ramón Freire, asegura que “la firma de este convenio es el reconocimiento por parte de ambas asociaciones de la necesidad de colaborar en la difícil labor de incorporar la energía renovable en el transporte”. “El gas natural vehicular y el hidrógeno tienen similitudes y sinergias en cuanto a su suministro, almacenamiento y uso en el vehículo, por lo que es imprescindible avanzar en esta transición energética conjuntamente”, afirma.
Los beneficios del hidrógeno y el gas natural en el transporte
El uso de gas natural en el transporte contribuye a mejorar la calidad del aire en las ciudades reduciendo hasta casi cero las emisiones contaminantes que afectan a la salud: reduce las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) en un 85%, así como un 96% las emisiones de partículas sólidas PM.
Además, supone la eliminación total de las emisiones de azufre (SO2) una reducción de monóxido de carbono (CO) y de CO2 en un 25%, ayudando a paliar el efecto invernadero.
El hidrógeno como vector energético en automoción tiene su principal aplicación a través de las pilas de combustible, que permiten generar electricidad en el propio vehículo de manera eficiente, fiable y con agua como única emisión.
El uso del hidrógeno de manera directa en las pilas de combustible para la obtención de electricidad es un claro ejemplo de tecnología limpia. Más aún, el hidrógeno puede ser obtenido localmente por electrolisis del agua mediante energías renovables y con emisiones globales nulas.
La mezcla de gas natural e hidrógeno de origen renovable puede ser inyectado a través de los actuales gasoductos que conducen el gas natural para ser usado como combustible en los vehículos de gas natural que ya están disponibles en el mercado. Esta es una manera de introducir el gas renovable en el transporte, lo que supone grandes ventajas medioambientales.