Es tiempo de actuar
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Muchos lectores recordarán este lema, que se acuño para la COP25 Chile-Madrid, celebrada en 2019. Dada la difícil situación vivida en 2020, nos puede parecer irreal que ya estemos a punto de cumplir un año de su celebración, pero aún nos puede sorprender más que no apreciemos actuaciones de importancia frente al cambio climático, ni tampoco en el sector del agua.
Hay que perseverar, porque están formulados y aprobados una serie de grandes objetivos mundiales y europeos y los gobiernos siguen trabajando en ello:
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Derecho humano al agua, en su doble vertiente de abastecimiento y saneamiento.
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Cambio Climático.
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Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
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Estrategia Europea: por una parte, la actual legislación ya consolidada encabezada por la Directiva Marco del Agua y, por otra, las acciones orientadas a los nuevos programas del Green Deal (Pacto Verde) y los programas de recuperación (Next Generation) formulados tras la pandemia.
Es preciso que los profesionales y expertos del agua conozcamos estos elementos clave. Debemos asumirlos y familiarizarnos con ellos, porque nos servirán de horizonte y de brújula en nuestro trabajo.
Sin duda el agua es un elemento transversal y está presente en todos los ODS establecidos en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, pero algunos de ellos tienen una relevancia más destacada en la gestión del agua:
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ODS 1: FIN DE LA POBREZA. El ciclo urbano del agua todavía tiene recorrido para considerar tarifas y bonificaciones que tengan en cuenta los colectivos en situación de vulnerabilidad, asegurando el acceso de todos los ciudadanos a un recurso esencial.
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ODS 3: SALUD Y BIENESTAR. La calidad con que se vierten las aguas residuales es fundamental para mantener unas fuentes de agua y medio ambiente limpias y garantizar la salud pública.
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ODS 6: AGUA LIMPIA Y SANEAMIENTO. El buen estado tanto del agua de consumo como del agua usada y saneada es imprescindible para evitar el contagio enfermedades y reducir la contaminación. Para ello es fundamental tener unas infraestructuras del agua en buenas condiciones.
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ODS 7: ENERGÍA ASEQUIBLE Y NO CONTAMINANTE. La energía hidroeléctrica es una fuente principal de energía renovable y la valorización energética de los fangos y residuos de la depuración de aguas aporta soluciones.
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ODS 11: CIUDADES Y COMUNIDADES SOSTENIBLES. El ciclo del agua juega un gran papel al respecto, por ejemplo, con la economía circular y reutilización de aguas para limpieza de la ciudad o incluso para la producción de alimentos y el consumo. Por ello, es imprescindible tener una infraestructura de depuración que elimine todos aquellos contaminantes dañinos para la salud o el ecosistema.
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ODS 14: VIDA SUBMARINA. Evitar los vertidos de aguas residuales sin tratar a los ríos, lagos, mares y océanos es esencial para la sostenibilidad de los recursos marinos.
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ODS 15: VIDA DE ECOSISTEMAS TERRESTRES. Para preservar el buen estado de la biosfera es imprescindible la correcta depuración de las aguas residuales, ya que, de ser utilizadas sin el tratamiento adecuado, contribuyen a la degradación de los ecosistemas, la desertificación, la degradación de las tierras, la pérdida de la biodiversidad y la contaminación de acuíferos, entre otros.
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ODS 17: ALIANZAS PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS. Entre todos los actores del ciclo urbano del agua, reforzando las colaboraciones público-pública y público-privada y fomentando éstas a través de la seguridad jurídica y una regulación y controles adecuados.
En este contexto, en diciembre de 2019 la Comisión Europea presentó el llamado Green Deal o Pacto Verde Europeo. Nace como respuesta a los desafíos del clima y el medio ambiente y se introduce como una estrategia destinada a transformar la Unión Europea, centrándose en cuatro grandes objetivos, donde el agua interviene decisivamente:
1. Emisiones netas nulas de gases de efecto invernadero en 2050.
2. Alcanzar un crecimiento económico disociado del uso de recursos, mediante el paso a una economía limpia y circular.
3. Proteger, mantener y mejorar el capital natural de la Unión Europea, restaurando la biodiversidad y reduciendo la contaminación.
4. Proteger la salud y el bienestar de los ciudadanos frente a los riesgos y efectos medioambientales, sin que haya personas ni lugares que se queden atrás.
Es decir, está definida la estrategia, incluso la planificación, se dispone de proyectos y el diagnostico de lo que es necesario abordar.
El sector está preparado, dispone de organizaciones eficientes −públicas y privadas− comprometidas con los ejes enunciados; existe cualificación multidisciplinar, tecnificación y capacidad de adaptación y hay un excelente enfoque sectorial para fomentar la innovación, progresar en la digitalización, la gestión del conocimiento y atender a los objetivos enunciados.
Es tiempo del liderazgo político y social. De demostrar coraje y pragmatismo frente a unas políticas partidistas y electoralistas estériles. En nuestro sector la gobernanza es muy compleja e intervienen todos los niveles de las diferentes administraciones públicas. Por ello, este es un llamamiento conjunto e inclusivo. ES TIEMPO DE ACTUAR.
Artículo publicado en el número 226 Septiembre/Octubre 2020