Ecodiseño, la piedra angular del reciclaje
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Por Ion Olaeta, presidente de FER
El plástico, uno de los inventos más revolucionarios del pasado siglo, se ha convertido en una de las mayores amenazas para el medio ambiente y la salud humana. De ahí que ningún material ejemplifique mejor la necesidad de anteponer el ecodiseño a cualquier otro objetivo a la hora de fabricar un producto, si lo que de verdad se quiere es garantizar su reutilización y/o reciclado y, por tanto, llevar a cabo con éxito la transición hacia una economía circular en Europa.
Con la creación de la División Europea de Reciclaje de Plásticos (EPRB, en sus siglas en inglés) de la European Recycling Industries Confederation (EuRIC), la industria recuperadora no solo se alinea a favor de la Estrategia Europea de Plásticos, sino que ejercerá toda su presión e influencia para conseguir que el ecodiseño se convierta en un requisito prioritario en los bienes de consumo que incluyan plásticos para la obtención de la etiqueta CE, que sirve para poder comercializar un producto en la Unión Europea.
Para entender la importancia que tendrá el factor del ecodiseño en el Viejo Continente hemos de retroceder hasta 2005, año en el que se publicó la Directiva 2005/32/CE1 y que habla por primera vez de la necesidad de establecer una serie de requisitos de diseño ecológico. Cuatro años más tarde, la Directiva 2009/125/CE2 del Parlamento Europeo y del Consejo instaura un marco para esos requisitos aplicables a los productos relacionados con la energía.
Consciente de que estos productos representan una gran proporción del consumo de recursos naturales y de energía en Europa y tienen otros impactos importantes en el medio ambiente, la normativa señalaba el enorme potencial de mejora para reducir las consecuencias medioambientales y conseguir ahorrar energía gracias a un mejor diseño que también genere un ahorro económico para las empresas y los usuarios finales. Como ejemplos, aludía a productos de construcción como las ventanas, los materiales aislantes o algunos productos que utilizan el agua como las alcachofas de ducha o los grifos.
Entre los parámetros de diseño ecológico para los productos, en lo referente a la gestión de residuos, se establece el de fin de vida útil, “entendiéndose por ello el estado de un producto que ha llegado al término de su primera utilización, hasta la eliminación final”. Pero a pesar de ello, no se han tomado medidas para ligar el principio de ecodiseño al ciclo de vida de los productos y a que se tenga en cuenta su posible reutilización y/o reciclaje.
Así, llegamos hasta el año 2018, donde en un informe, fechado a 31 de mayo, el pleno del Parlamento Europeo reclamaba a la Comisión Europea que incluyera más productos en el ámbito de la normativa de diseño ecológico. “Esta directiva está dirigida a hacer que productos como calderas, ordenadores y electrodomésticos sean más eficientes en la fase de diseño”, señalaba.
En paralelo, la Comisión Europea, dentro de un paquete de iniciativas sobre Economía Circular, publicó en 2016 el Plan de Trabajo de Ecodiseño (2016-2019)3 en el que para 2020 estimaba que, en conjunto, el Ecodiseño y la legislación sobre Etiquetado Energético ahorrarán alrededor de 175 millones de toneladas de consumo de energía, que se traducirá en un ahorro de 490 euros a los hogares en sus facturas energéticas, 55 billones de euros anuales para la industria mayorista y minorista y la generación de 800.000 empleos directos, además de reducir la importación de energía en la Unión Europea al equivalente anual de 1,3 billones de barriles de petróleo y reducir en 320 millones de toneladas anuales las emisiones de CO2.
España, como Estado miembro de la UE, se ha sumado en junio a los nuevos Reglamentos europeos de ecodiseño y etiquetado energético, según información publicada por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (MINETUR). La normativa, aplicable desde marzo de 2021, incluye aparatos de refrigeración domésticos, lavadoras, lavavajillas, aparatos de iluminación, motores eléctricos, transformadores, monitores electrónicos, aparatos de refrigeración para venta directa, equipos de soldadura, equipos de alimentación eléctrica externos y equipos de almacenamiento de datos.
Además, explica el MINETUR, siguiendo los principios de la economía circular, estos Reglamentos impulsan la reparabilidad y reciclado de los materiales facilitando el acceso a la información a reparadores y usuarios de dichos productos, lo que quiere decir que la vida de esos aparatos se alargará con el consiguiente ahorro para los consumidores y usuarios.
Por tanto, hasta la fecha, el concepto de ecodiseño ha sido desarrollado en la Eurozona con el fin de reducir el consumo energético y la emisión de CO2, mitigando, además, la dependencia energética del exterior. Solo de pasada, como hemos visto, empieza a surgir el interés por impulsar la reutilización y el reciclaje de los productos.
Por lo que con el camino ya iniciado hacia un nuevo modelo económico circular, el desarrollo de esta nueva forma de producción cojea al tratar de optimizar la gestión de residuos. El propio término ecodiseño, acuñado en la década de los noventa, supone la modificación del método tradicional de la industria manufacturera, basada en evitar o reparar los daños medioambientales una vez que ya han sido ocasionados.
Si lo llevamos al terreno de los plásticos, el ejemplo es palpable y convendría hacernos la siguiente pregunta: ¿se podrían haber reutilizado o reciclado todos esos residuos? ¿Están fabricados para poder ser reutilizados o reciclados?
Desde FER siempre señalamos que hay que ser muy cautos cuando hablamos de residuos porque en unos casos nos referimos a la basura (residuos domésticos mezclados) que en algunos casos y por sus características no pueden ser reciclados y, en otros, hablamos de residuos (materias primas secundarias) que, convenientemente tratados, podrán ser reutilizados o reciclados para volverlos a incorporar al sistema productivo.
En el caso de los plásticos es fundamental separar ambos tipos de residuos para no demonizar a este material. Hay plásticos, fundamentalmente las pequeñas fracciones y los que se encuentran mezclados con otros materiales, que son muy complejos de reciclar por la dificultad de su tratamiento. Sin embargo, hay otros que pueden ser totalmente recuperados y susceptibles de convertirse en materias primas secundarias.
Todo ello nos lleva directamente al ecodiseño, base de la economía circular, que debe establecer la idea de que antes de ir a la línea de producción se debe evaluar el potencial de reutilización y reciclaje del producto a crear. Es primordial que todos los productos que se diseñen hoy se hagan teniendo en cuenta que en un futuro tendrán que ser reciclados. No debemos perder de vista que hoy en día estamos reciclando, por ejemplo, los vehículos que se diseñaron hace medio siglo, cuando no había los problemas de contaminación que tenemos actualmente, y se fabricaron hace, al menos, 20 años.
Otro aspecto fundamental es la utilización de plástico reciclado en la fabricación de nuevos productos o el desarrollo de mercados donde se puedan emplear, es imprescindible aumentar la demanda de los materiales resultantes del proceso de tratamiento de las plantas de gestión de residuos. El precio del plástico virgen está relacionado con el precio del petróleo y, a menudo, es más bajo que el precio del plástico reciclado. Por tanto, la producción de plásticos no se desacoplará eficientemente de las materias primas fósiles si no se toman iniciativas para aumentar la demanda de plástico reciclado.
Desgraciadamente, en la palabra residuo, también en los plásticos, englobamos todo y solo se consigue generar confusión en la ciudadanía, haciendo un flaco favor a su esfuerzo por separar los distintos tipos de residuos domésticos, al poner en duda su posterior tratamiento.
1 Directiva 2005/32/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 6 de julio de 2005, por la que se instaura un marco para el establecimiento de requisitos de diseño ecológico aplicables a los productos que utilizan energía y por la que se modifica la Directiva 92/42/CEE del Consejo y las Directivas 96/57/CE y 2000/55/CE del Parlamento Europeo y del Consejo.
2 Directiva 2009/125/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de octubre de 2009, por la que se instaura un marco para el establecimiento de requisitos de diseño ecológico aplicables a los productos relacionados con la energía (refundición) (Texto pertinente a efectos del EEE)
3 Ecodesign Working Plan 2016-2019