Ban Ki-moon y Teresa Ribera coinciden: "la realidad climática es tozuda e ignorarla hace retroceder décadas"
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La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España, Teresa Ribera, y el exsecretario general de Naciones Unidas y miembro honorario de Club de Madrid, Ban Ki-moon, han abordado los principales desafíos de las agendas de clima y desarrollo durante un diálogo celebrado en Madrid.
El encuentro, celebrado bajo el título 'Hacia la seguridad climática futura: descarbonización, adaptación y desarrollo', ha contado con la participación especial de Sandrine Dixson-Decléve, copresidenta del Club de Roma, y ha estado moderado por Cristina Manzano, directora de EsGlobal y miembro constituyente de Club de Madrid.
Los ponentes han coincidido en la necesidad de impulsar una mayor acción multilateral, que permita reunir la voluntad política y el liderazgo capaz de acelerar la acción climática e integrar la justicia social "frente a la crisis convergente y frente a la incertidumbre" que define el momento que vivimos. "Afrontamos una coyuntura enormemente compleja: una tripe crisis internacional, marcada por la pandemia, la energía y la geopolítica; y una triple crisis ambiental, reflejada en el cambio climático, la contaminación y pérdida de biodiversidad", ha apuntado la vicepresidenta.
"En estos tiempos difíciles agravados por la Covid-19 y la agresión rusa a Ucrania, debemos redoblar nuestros esfuerzos para cumplir el objetivo de contener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 grados Celsius", ha manifestado el 8º secretario general de Naciones Unidas. "La neutralidad del carbono en 2050 es el camino hacia un futuro sostenible para todos". Ban Ki-moon también ha insistido en la necesidad de trabajar juntos: "Por muchos recursos que tenga un país, nadie puede afrontar este desafío solo".
En este sentido, Sandrine Dixson-Decléve ha reclamado "cooperación real" de las economías, "que no se determinan solo por el crecimiento del PIB. Hacen falta otros indicadores sociales y ambientales". "Debemos ser ambiciosos y darnos cuenta de que la lucha contra la crisis climática y ambiental es el mayor desafío para la humanidad", ha añadido.
Una carrera contra el tiempo
El cambio climático es una cuestión crítica para el bienestar actual y futuro de los ciudadanos y para el equilibrio de los ecosistemas. Los impactos climáticos se están produciendo antes y con mayor intensidad de lo esperado, y están golpeando desproporcionadamente a las comunidades más vulnerables.
"La realidad climática es tozuda, ignorarla hace retroceder décadas de desarrollo", ha recordado la vicepresidenta Ribera. "Estamos en una carrera contra el tiempo. Debemos hacer frente a la doble crisis ambiental y social acelerando la acción climática a la vez que protegemos a los más vulnerables". Las proyecciones científicas advierten de los efectos devastadores que comportarán los fenómenos extremos, el aumento de la temperatura y la subida del nivel del mar.
Estos impactos se suman a otros riesgos en los países en desarrollo, por su alta exposición (zonas de transición, áridas, inundables…); su vulnerabilidad socioeconómica, que compromete la resiliencia; y su limitada capacidad de adaptación, como la falta de redes de protección, tecnologías, capacidad institucional o inversión pública.
"Las comunidades vulnerables de los países en desarrollo son las menos responsables del cambio climático, pero son las que más sufren sus efectos negativos. Mejorar las capacidades, la financiación y el apoyo para ampliar las respuestas de adaptación y evitar más pérdidas y daños es fundamental", ha concluido Teresa Ribera.