AVEBIOM y APROPELLETS reclaman un mayor apoyo institucional al sector de la biomasa y el pellet
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En medio de la crisis energética más importante de los últimos 40 años, el pellet de madera está sufriendo, como otros sectores industriales, un aumento de los costes de producción; situación que se agrava por la escasez de materia prima. A pesar de ello, el pellet sigue siendo una alternativa energética mucho más económica que sus competidoras fósiles.
Las asociaciones AVEBIOM (Asociación Española de la Biomasa) y APROPELLETS (Asociación Española de Empresas Productoras de Pellets) aseguran que el sector está realizando los mayores esfuerzos para que esta coyuntura afecte lo menos posible a los usuarios finales durante la próxima campaña de calefacción, aunque es indudable que el mercado nacional se verá afectado por la complicada situación en el resto de Europa.
Esta crisis energética coincide con el escaso apoyo institucional al sector forestal y maderero, que no facilita la movilización de madera y biomasa a las industrias. Recursos que pueden terminar ardiendo en incendios cada vez de mayor envergadura.
Madera disponible para usos industriales
Es cierto que en Europa veremos precios al alza y ciertas tensiones en la temporada que viene, pero hay plantas en proyecto que empezarán a producir entre 2023 y 2025: 11 solamente en Austria durante 2023-2024; también Francia dispondrá de más de un millón de toneladas más a finales de 2024; o Alemania, donde habrá otras 800.000 toneladas más en 2023.
En el caso de España, nuestro país está mejor abastecido que otros, puesto que aquí se produce prácticamente lo mismo que se consume. La situación actual puede crear alguna tensión durante la campaña de calefacción, pero las fábricas, con algo de tiempo, tienen margen para aumentar de forma progresiva sus producciones y suministrar al mercado nacional.
Es importante destacar también que España cuenta con un margen de crecimiento muy grande: la madera disponible para ser transformada en las diferentes industrias crece, según datos oficiales del Inventario Forestal Nacional (IFN), a un ritmo de 46 millones de m3 al año. De estos, solo se aprovecha un 40% (a diferencia de la media europea de 65-70%) desde los años 90, por lo que ahora mismo nuestros montes cuentan con biomasa de sobra que sería útil y conveniente aprovechar por motivos económicos, obviamente, y también de conservación de los propios montes.
Tensiones en el mercado europeo
La subida de los precios de los combustibles fósiles en 2021, ya en fechas previas a la guerra, propició un aumento en las ventas de estufas y calderas de pellets en toda Europa respecto al año anterior: un 50% más en Francia e Italia, o un 44% más en España para las estufas; y en calderas, en Francia y Alemania se duplicaron las ventas, mientras que en Austria y en España se vendieron un 60% y un 13% más respectivamente.
Por otra parte, Rusia y Bielorrusia exportaban más de 3 millones de toneladas cada año a Europa entre pellet industrial para generación eléctrica y pellet para uso doméstico. Desde julio de 2022 ya no contaremos con estos proveedores, pues ha entrado en vigor la sanción que prohíbe la compra de madera y de todos sus derivados de estos países.
El aumento del parque de instalaciones de pellet ya originó ciertas tensiones entre la oferta y la demanda en la pasada campaña de calefacción; unido a la falta del pellet ruso y bielorruso de este año, la campaña próxima se presenta complicada en Europa.
Responsabilidad colectiva
La sociedad puede tener un importante rol para sobrellevar esta crisis energética; empresas y particulares pueden apoyar el ahorro de energía que va a necesitar Europa:
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Una reducción de 2°C en la temperatura de su sistema de calefacción representa un 14% de ahorro energético
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Los aparatos modernos y el correcto mantenimiento de estos generan una mayor eficiencia y, por tanto, más rendimiento, lo que significa un menor consumo de energía
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Aprovisionarse solo de acuerdo a sus necesidades individuales