Anillo Protector Ambiental: un plan integral y multifactorial para recuperar el Mar Menor de la Fundación Ingenio
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Medidas para reducir la alta concentración de nutrientes del acuífero del Campo de Cartagena, evitar vertidos al Mar Menor por vía superficial y la continua mejora y modernización de las prácticas agrícolas mediante la innovación y las TICs, son los tres ejes fundamentales del Anillo Protector Ambiental.
Fundación Ingenio, con la participación de un comité de expertos, ha presentado hoy su propuesta de Anillo Protector Ambiental, una solución integral que pretende dar una respuesta definitiva para recuperar el Mar Menor.
“El Anillo Protector Ambiental es algo que no se ha hecho hasta ahora: medidas multifactoriales para un problema que es multifactorial, sin limitarlo únicamente a la incidencia del sector agrario”, explica Natalia Corbalán, directora de Fundación Ingenio.
“Nuestra solución pasa por promover la excelencia y las prácticas agrarias más sostenibles e innovadoras, pero también se incluyen medidas para frenar la contaminación proveniente del resto de factores; hasta ahora las propuestas de todas las administraciones han sido parciales”, lamenta Corbalán.
Gestión del acuífero y las aguas subterráneas
Uno de los focos fundamentales para recuperar el Mar Menor son actuaciones dirigidas a gestionar el acuífero cuaternario del Campo de Cartagena. Según Corbalán, existe la falsa creencia de que la actual agricultura es responsable de los vertidos de nutrientes al Mar Menor, “cuando no es así”. “En realidad la mayor parte proceden del acuífero, fruto de las prácticas agrarias de hace décadas, no de las actuales, así como de la ganadería y de vertidos urbanos”, indica la directora de Fundación Ingenio. Por lo tanto, “ningún plan integral puede ser eficaz si no se soluciona el problema de vertidos de agua con alta concentración de nutrientes procedentes del acuífero”, señala Natalia Corbalán.
El Anillo Protector Ambiental recoge una serie de acciones urgentes como monitorizar el acuífero a través de aplicaciones tecnológicas, extraer el agua subterránea a través de pozos en parcela para su posterior tratamiento en desalobradoras y desnitrificadoras particulares; así como salmueroductos que transporten la salmuera sin nitratos desde las desalobradoras particulares hasta las instalaciones de El Mojón. Este conjunto de actuaciones, junto al Colector Norte encargado de interceptar las aguas del acuífero, reducirían considerablemente la descarga de agua subterránea al Mar Menor.
En ese sentido, José Luis García Aróstegui, experto en Hidrogeología y científico del IGME, sugiere focalizar actuaciones sobre las aguas subterráneas. “Resulta crucial integrar el acuífero multicapa del Campo de Cartagena con el resto de recursos hídricos de la zona: Las aguas subterráneas constituyen una vía preferente de entrada al Mar Menor, son parte del problema y también de la solución”, revela el experto.
Asimismo, considera bienvenidas propuestas —como las que se incluyen en el Anillo Protector Ambiental— que reduzcan la contaminación en origen y las salidas de origen subterráneo al Mar Menor. “Es clave establecer un régimen de descarga sostenible en términos de flujo y de masa, de tal manera que se minimice la entrada de contaminantes al Mar Menor y que se eviten modificaciones no deseables de los humedales litorales”, apunta el hidrogeólogo.
Por su parte, Javier Gilabert, experto en Hidrodinámica del Mar Menor y Profesor Titular de Ecología en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) califica el Anillo Protector Ambiental de “solución necesaria” y propone “actuar sobre el vector de transporte, el agua dulce tanto superficial como subterránea, para impedir que entre en el Mar Menor con los caudales actuales y la carga de nitratos actual”.
A su vez destaca el intercambio de agua con el Mediterráneo como influencia decisiva en el estado ecológico del Mar Menor. “Mientras no se resuelvan los problemas de la cuenca vertiente, el Mar Menor estará pendiente de un hilo bajo la incertidumbre amenazante de las condiciones meteorológicas extremas”, añade.
En esa misma línea se manifiesta Alejando Pérez Pastor, experto en Agronomía y Catedrático en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) que promueve actuaciones a nivel de cuenca vertiente como “el encauzamiento de avenidas procedentes de lluvias torrenciales, dimensionamiento del alcantarillado y reducción del nivel freático del acuífero a través de extracción de aguas subterráneas”. “La Ley del Mar Menor se puede considerar un avance en su recuperación, pero tendrá un efecto mínimo si no se acompaña de estas actuaciones”, revela.
Evitar vertidos y buenas prácticas agrarias
Otro de los ejes prioritarios es evitar vertidos al Mar Menor por vía superficial. Para ello el Anillo Protector Ambiental incorpora medidas e infraestructuras destinadas a aumentar la capacidad de las aguas depuradas, mejorar la red de saneamientos, estudiar la red de drenajes agrícolas y desnitrificación de las aguas superficiales a través de 15 biorreactores de madera, entre otros.
“Los factores que inciden en el Mar Menor superan con creces el actual regadío de precisión del Campo de Cartagena”, explica Natalia Corbalán. “Muchas de las soluciones para evitar vertidos forman parte del Plan Vertido Cero del Ministerio de Transición Ecológica y de los diferentes planes de Cuenca, que contaban con el aval-científico técnico, pero sorprendentemente no se han ejecutado de manera urgente”, alerta Natalia.
En relación al tercer eje, las buenas prácticas agrícolas, Corbalán recuerda que desde hace años el sector agrario ha incorporado los últimos avances y técnicas para ser más respetuoso con el medioambiente. “La agricultura del Campo de Cartagena está totalmente involucrada en una mejora constante de sus prácticas, fomentando un aumento de la biodiversidad, a la vez que se genera resiliencia para defender de plagas y enfermedades a los cultivos” resalta Corbalán.
El Anillo Protector Ambiental propone tecnologías para un uso más eficiente del agua, técnicas de fertirrigación sostenible, modernización de redes de riego, tuberías y estaciones agroclimáticas e implantación de infraestructuras de captación de agua superficial.
“La protección ambiental del Mar Menor está en juego, pero también la economía, los puestos de trabajo y la supervivencia de zonas rurales y paisajes verdes de la Región de Murcia. Promovemos una agricultura moderna, de futuro, sostenible e innovadora”, detalla Corbalán.
En palabras de Joaquín Melgarejo, Catedrático de Historia e Instituciones económicas y Director del Instituto del Agua y de las Ciencias Ambientales de la Universidad de Alicante, la destrucción del regadío supondría una catástrofe económica y social para la región: “Se reduciría de forma importante la actividad económica y se perderían los mercados internacionales que tanto han costado conquistar”.
“La agricultura es consciente de las externalidades negativas que pudiera producir su actividad, por eso, desde hace tiempo, trata de reducir el uso de fertilizantes e investiga en métodos y sistemas de aplicación de fertilizantes y fitosanitarios más directos y con menos excedentes que se dirijan a los acuíferos”, precisa Melgarejo.
Por tanto, los expertos coinciden en que hay que evitar la demonización de la agricultura. “Es un sector estratégico, al que debemos cuidar, pero por supuesto no a cualquier precio; los agricultores son los más interesados en disponer de explotaciones sostenibles en el tiempo”, añade Alejandro Pérez Pastor.
Por eso, Fundación Ingenio apuesta por compatibilizar la protección del Mar Menor con la preservación del sector agrario. “El Anillo Protector Ambiental es una iniciativa real, con medidas reales que representa una solución 360º para el Mar Menor, que tenga en cuenta todos los factores que inciden en la laguna y logre una solución permanente”, finaliza Natalia Corbalán.
El detalle de todas las propuestas del Anillo Protector Ambiental puede consultarse en la web de Fundación Ingenio en el siguiente enlace: https://fundacioningenio.es/que-hacemos-y-por-que/