Alemania, Francia, España, Italia y Reino Unido; en el punto de mira por la contaminación atmosférica
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La Comisión Europea insta a cinco Estados miembros a que adopten medidas para garantizar una buena calidad del aire y proteger la salud pública.
Cada año, más de 400.000 ciudadanos mueren prematuramente en la UE como consecuencia de una mala calidad del aire. Millones de personas padecen enfermedades respiratorias y cardiovasculares provocadas por la contaminación del aire. En 2013, debido a unos niveles persistentemente altos de dióxido de nitrógeno (NO2), se produjeron aproximadamente 70.000 muertes prematuras en Europa, un número casi tres veces superior al de muertes por accidentes de tráfico en ese mismo año.
La legislación de la UE sobre la calidad del aire ambiente (Directiva 2008/50/CE) establece valores límite para los contaminantes atmosféricos, en particular el dióxido de nitrógeno. Si se superan esos valores límite, los Estados miembros están obligados a adoptar y ejecutar planes de calidad del aire que establezcan medidas adecuadas para poner fin a esa situación lo antes posible.
El dictamen motivado se refiere a la violación constante de los valores límite correspondientes al NO2 en:
• Alemania (28 zonas de calidad del aire, en particular Berlín, Múnich, Hamburgo y Colonia),
• Francia (19 zonas de calidad del aire, entre las que se cuentan París, Marsella y Lyon),
• Reino Unido (16 zonas de calidad del aire, incluidas Londres, Birmingham, Leeds, y Glasgow),
• Italia (12 zonas de calidad del aire, en particular Roma, Milán y Turín),
• España (3 zonas de calidad del aire, siendo una Madrid y dos que cubren Barcelona).
Entre las medidas que pueden adoptarse para reducir las emisiones contaminantes y, al mismo tiempo, acelerar la transición a una economía hipocarbónica, cabe citar la disminución del volumen global de tráfico, los combustibles utilizados, el cambio a los vehículos eléctricos y/o la adaptación del comportamiento al volante. En este contexto, la reducción de las emisiones de los vehículos diésel es un paso importante para lograr el cumplimiento de las normas sobre calidad del aire de la UE.
Si bien corresponde a las autoridades de los Estados miembros elegir las medidas adecuadas para hacer frente a los rebasamientos de los límites correspondientes al NO2, es preciso realizar un esfuerzo mucho mayor a nivel local, regional y nacional para cumplir las obligaciones de las normas de la UE y salvaguardar la salud pública. Si los Estados miembros no toman medidas en el plazo de dos meses, la Comisión podrá decidir llevar el asunto ante el Tribunal de Justicia de la UE.
Contexto
La legislación de la UE relativa a la calidad del aire ambiente y a una atmósfera más limpia en Europa (Directiva 2008/50/CE) establece límites de calidad del aire que no pueden superarse en ninguna parte de la UE y obliga a los Estados miembros a limitar la exposición de los ciudadanos a contaminantes atmosféricos nocivos.
A pesar de esta obligación, la calidad del aire ha sido un problema en muchos lugares durante varios años. En 23 de los 28 Estados miembros, las normas de calidad del aire se siguen rebasando, lo que afecta a más de 130 ciudades de toda Europa.
La Comisión ha emprendido acciones legales contra algunos Estados miembros por mala calidad del aire desde 2008, centrándose inicialmente en las partículas (PM10), respecto a las cuales la fecha límite de cumplimiento era 2005, y el dióxido de nitrógeno (NO2), en cuyo caso esa fecha era 2010.
Por el momento, se han emprendido acciones legales en relación con el NO2 contra 12 Estados miembros, con casos de infracción en curso contra Alemania, Austria, Bélgica, Chequia, Dinamarca, España, Francia, Hungría, Italia, Polonia, Portugal y el Reino Unido. Es posible que se emprendan acciones legales contra otros Estados miembros.
El tráfico rodado es responsable de cerca del 40 % de las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) en la UE. A nivel del suelo, la contribución relativa del tráfico es mucho más elevada (porque las emisiones de las chimeneas industriales altas se diluyen antes de llegar al suelo). Del total de las emisiones de NOx generadas por el tráfico, aproximadamente el 80 % procede de los vehículos diésel.