La ACA declara la alerta por sequía en 22 municipios
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La Agencia Catalana del Agua (ACA) ha declarado hoy la alerta por sequía de los 22 municipios del Alt Empordà que se abastecen del acuífero del Fluvià Muga, una de las principales fuentes de abastecimiento de agua de gran parte de la comarca, tal y como hoy se publica en el Diario Oficial de la Generalidad de Cataluña (DOGC) .
Este miércoles la ACA ha celebrado una reunión telemática con los municipios afectados para explicar la situación y detallar las medidas que comporta la declaración del estado de alerta.
Esta reserva de agua subterránea, debido a la falta de lluvias de los últimos meses en esta zona, está por debajo de los 16 metros sobre el nivel del mar (concretamente hoy se sitúa en torno a los 15,4 metros). Aunque ésta no es la cota más baja a la que ha llegado el acuífero (en 2009 estuvo a un nivel de 14,5 metros), la ACA ha declarado el estado la alerta, tal y como determina el Plan de Sequía, con el objetivo de anticiparse a un episodio de sequía extrema y fijar medidas para ralentizar el descenso de reservas de esta masa de agua subterránea.
Reducción del consumo de agua
Con la entrada en alerta de esta unidad de explotación, se aplican las primeras limitaciones y restricciones a los distintos usos que se abastecen de las redes de agua potable. En relación con los usos urbanos, existen dos tipos de afectaciones:
Limitaciones particulares para determinados usos urbanos que deben cumplir todos los municipios de esta unidad de explotación, como son las limitaciones en el riego de jardines y zonas verdes, la prohibición de llenado de fondos ornamentales, la limpieza de calles, la limitación en el llenado de piscinas, etc.
Limitación del consumo global de agua por abastecimiento a un máximo de 250 litros por habitante y día. Todos aquellos municipios que, una vez aplicadas las limitaciones particulares, presenten dotaciones en alta superiores a ésta, tendrán que tomar medidas adicionales para garantizar que no se supera este umbral.
Las empresas operadoras tendrán que comunicar a la ACA, con carácter mensual o trimestral (en función de su volumen), los datos de volúmenes suministrados en cada municipio y los volúmenes captados.
El resto de usos tendrán que reducir sus consumos en función del tipo, tal y como se detalla a continuación:
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Riego agrícola: 25%.
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Usos ganaderos: 10%.
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Usos industriales: 5%.
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Usos recreativos que impliquen el riego: 30%.
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Otros usos recreativos: 5%.
En total, son 22 los municipios afectados por esta medida, todos ellos de la comarca del Alt Empordà: Agullana, Armentera, Capmany, Espolla, Garriguella, La Jonquera, Masarac, Mollet de Peralada, Palau-saverdera, Pau, Pedret i Marzà, Peralada, San Clemente Sescebes, San Miguel de Fluvià, San Mori, San Pedro Pescador, Torroella de Fluvià, Ventalló, Vilabertran, Viladamat, Vilajuïga y Vilamacolum.
Aportaciones desde el Consorcio de Aguas Costa Brava Girona
El Plan de Sequera establece también medidas de coordinación entre las aportaciones del acuífero y las de la red supramunicipal del Consorcio de Aguas de la Costa Brava Girona. Mientras dure la situación de Alerta, los municipios que disponen de una conexión a este sistema reducirán sus extracciones del acuífero, de acuerdo con las consignas establecidas en el Plan, e incrementarán el consumo de agua proveniente del Consorcio de 'Aguas Costa Brava Girona, así como también de la Mancomunidad de Aguas de Garriguella, Vilajuïga, Pau y Palau-Saverdera.
Se mantiene la alerta en el Carme Capellades
Ya durante el mes de septiembre, el Pla de Sequera se activó para declarar la alerta en el ámbito del acuífero de Carme Capellades. Aunque en las últimas semanas, la situación de esta masa de agua ha mejorado ligeramente, se mantiene el escenario de alerta con el objetivo de realizar un consumo eficiente y reducir el consumo de agua.
En cuanto a otros ámbitos, el sistema Ter Llobregat, que abastece a alrededor de 5 millones de personas, está alrededor del 70% de su capacidad y se garantizan todas las demandas para el período de un año. Desde enero de 2020 hasta septiembre de este año, las desalinizadoras catalanas, que han funcionado en torno al 20% de su capacidad, han producido más de 33 hm 3 de agua, con el objetivo de ralentizar el descenso de las reservas de los embalses.
En relación con los municipios que dependen del embalse de Darnius Boadella, que actualmente está al 38% de su capacidad, éstos tienen garantizado el abastecimiento doméstico para el período de un año. Sin embargo, en caso de que no se produzcan lluvias en los próximos meses, con las reservas actuales no se podrán garantizar las necesidades de riego para la campaña del verano de 2022.
El Plan de Sequía
El Plan de Sequera, aprobado por el Gobierno de la Generalidad el 8 de enero de 2020, es la herramienta que hará posible mejorar la gestión de los episodios de escasez de agua en las cuencas internas de Cataluña. El Plan de sequía sustituirá a la aprobación y aplicación de los decretos de sequía, una herramienta que hasta ahora se activaba en situaciones de falta de agua y que comportaba medidas de gestión restrictivas y de aplicación global.
Con el objetivo de adaptarse a las características de cada zona, el Plan de sequía divide el territorio de las cuencas internas catalanas en un total de 18 unidades de explotación, que se definen en función de los recursos de agua que se utilizan para garantizar las diferentes demandas (agua superficial regulada por los embalses o bien aguas subterráneas) y de la pluviometría. De este modo, las medidas se adaptan a cada realidad y no de forma general y homogénea como ocurría con los decretos de sequía.
Además del estado hidrológico, también se declaran unos estados pluviométricos de sequía en diversas unidades de explotación, que indican una falta de lluvia acumulada que puede repercutir, en caso de que persista la escasez de lluvias, en reducciones de los recursos locales: rieras, fuentes, pozos en acuíferos locales, entre otros. En estas unidades de explotación se han podido garantizar las demandas estivales en municipios que sólo tienen recursos locales y ahora se afronta un período en el que, en general, las necesidades de agua son más reducidas.
Cinco escenarios distintos
El Plan de sequía determina cinco escenarios en función del estado de las reservas de agua: normalidad (embalses al 60% de su capacidad o superior), prealerta (por debajo del 60%), alerta (40%), excepcionalidad (25%) y emergencia (16%).
En los escenarios de normalidad y prealerta se llevan a cabo medidas de previsión y gestión, además de intensificar el seguimiento y recopilación de información de los usuarios, además de potenciar la activación de los recursos no convencionales.
En cuanto a los escenarios de alerta, excepcionalidad y emergencia, ya se contemplan medidas para disminuir el uso del agua, como la reducción de desembalsos, la prohibición de determinados usos en zonas urbanas y, por último, restricciones en todos los usos (sólo en la fase de emergencia).
Más información en el Portal de la Sequía: https://sequera.gencat.cat/ca/inici