\"1m2 por las playas y los mares\" volverá a recoger datos sobre la basuraleza
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Del 28 de septiembre al 7 de octubre, LIBERA, el proyecto de SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes para acabar con la basuraleza, pone en marcha la segunda edición de ‘1m2 por las playas y los mares’, una campaña participativa que más allá de recoger y caracterizar la basuraleza de estos entornos, busca impulsar la ciencia ciudadana, para conocer en profundidad este grave problema que amenaza la biodiversidad.
El objetivo de esta campaña es caracterizar y recoger datos para conocer el volumen, cantidad y tipología tanto de las basuras flotantes como de las depositadas en las playas, con el fin de plantear estrategias más eficientes y efectivas para acabar con la basuraleza. Para ello, se emplea la aplicación móvil MARNOBA, desarrollada por la Asociación Vertidos Cero y KAI Marine Services, una plataforma que recopila, almacena y muestra información sobre las basuras marinas de las costas españolas. De esta forma, se consigue información que permite adquirir un mayor conocimiento de la tipología de residuos que aparecen en el medio marino, sobre su origen y vías preferentes de transporte y deposición. Los datos obtenidos en esta campaña de ciencia ciudadana se integran en la base de datos del Ministerio para la Transición Ecológica.
Desde hoy hasta el 24 de septiembre cualquier organización, asociación o entidad puede registrarse a través de la pagina web y crear puntos de recogida de basuraleza en playas y mares.
A pesar de que los mares y océanos es el ámbito donde tanto la ciencia como la comunidad internacional más han avanzado en el conocimiento del impacto de la basuraleza, sobre todo en relación a la vida silvestre, todavía queda mucho por hacer. Según diferentes estudios, la presencia mayoritaria de materiales plásticos compone el 80% de la basuraleza marina. Aproximadamente el 40% de estos residuos son restos de cuerdas, redes y otros desechos vinculados a la actividad pesquera. Un 20% está compuesto por fragmentos de plástico, otro 17% son envoltorios y objetos; y un 11%, microplásticos, el componente de la basuraleza que más preocupa a la comunidad científica, junto a los nanoplásticos.
Si se atiende a los estudios realizados a pie de costa, la presencia de plástico sigue siendo mayoritaria (bolsas, envoltorios…) pero entran con fuerza otros agentes como las colillas de cigarro. Se calcula que, de los casi 6 billones de colillas que se producen al año, 4,5 billones acaban formando parte de la basuraleza produciendo un grave impacto, ya que se estima que cada colilla puede llegar a contaminar hasta 10 litros de agua; y hasta 50 litros si es agua dulce. Además su efecto contaminante puede durar entre 7 y 12 años, e incluso según algunos expertos puede llegar hasta los 25 años.
“Estamos ante un grave problema que requiere responsabilidad de todos los agentes implicados. Una forma indudable de caminar hacia un cambio de modelo que se base en la generación de residuos cero es incidir en la educación de la sociedad. Debemos evitar que cada año ocho millones de toneladas de residuos terminen en el mar afectando a la salud de nuestro patrimonio natural y poniendo en riesgo la supervivencia de nuestros recursos naturales”, afirma Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife. “Por eso, animamos a que en la segunda edición de esta campaña de ciencia ciudadana haya muchos aliados para acabar con la basuraleza”.
Por su parte, Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes, señala que “nuestros mares no pueden convertirse en vertederos donde se abandonan y tiran residuos sin ningún tipo de responsabilidad. Solo tenemos un planeta, y la basuraleza marina- como la del resto de ecosistemas- es una amenaza y un problema que requiere de conocimiento – para poder prevenir hay que conocer- y de la implicación de toda la sociedad que haga posible un cambio de conducta y de hábitos”.
Qué pasó en la primera edición de ‘1m2 por las playas y las mares’
En su primera edición, ‘1m2 por las playas y los mares’ logró recoger 1 tonelada de basura abandonada gracias a las más de 70 batidas que se realizaron en puntos costeros de 23 provincias. Cerca de 15.000 objetos de diverso tipo, desde colillas y redes de pescadores, hasta envoltorios de comida y productos farmacéuticos fueron estudiados y caracterizados.