113 millones destinados a la parte catalana de las cuencas del Ebro y el Júcar
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El Govern ha aprobado las actuaciones del ciclo del agua que se llevarán a cabo en la parte catalana de las cuencas del Ebro y el Júcar durante el periodo comprendido entre 2022 y el 2027. Las más de 150 actuaciones, propuestas y financiadas por la Agencia Catalana del Agua (ACA), se incluirán en los planes hidrológicos donde la Generalitat tiene las competencias compartidas y supondrán una inversión cercana a los 113 millones de euros.
Estos trabajos van encaminados a las mejoras en el abastecimiento de agua y el saneamiento de las aguas residuales, tanto de núcleos que ya disponen de sistema de saneamiento y que hay que modernizar así como de núcleos que no disponen de depuradora.
En materia de abastecimiento, hay que destacar los más de 2,5 millones previstos para mejorar la provisión de agua desde el embalse de Siurana y la rehabilitación de la red de suministro del Topograpo.
En cuanto al saneamiento de las aguas residuales, se prevé la ampliación de las depuradoras de Alcarràs (1 millón), Cervera (1,5 millones), Alcanar (1,6 millones), Cervera (1,5 millones), Falset (2,2 millones), Santa Bárbara (5,5 millones), entre otros.
La propuesta aprobada hoy también prevé la construcción de nuevos sistemas de saneamiento como el Albi (1,4 millones), Aldover y Xerta (2,1 millones), Ribarroja (3,9 millones), entre otros.
El plan de gestión de las cuencas internas, en semanas
Paralelamente, el Govern tiene previsto, en las próximas semanas, poner a información pública el plan de gestión de las cuencas internas para el período 2022 hasta 2027. Esta planificación, que prevé las medidas y acciones para mejorar la gestión del agua para los próximos seis meses en el ámbito de las cuencas internas, prevé una inversión de 2.400 millones de euros, 1.400 de los cuales serán aportados por el ACA.
La nueva propuesta de plan tiene un claro enfoque a medidas y acciones para adaptarse a la emergencia climática, con el objetivo de garantizar las demandas y el buen estado del medio hídrico ante un contexto con una distribución cada vez más irregular de las lluvias y con fenómenos meteorológicos más extremos. Hay que tener en cuenta que hay proyecciones que en el horizonte de 2050 se puede reducir en un 18% la disponibilidad de agua en Cataluña.