"Una ingeniería te da los recursos para pensar rápido, resolver problemas y afrontar retos"
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En 2014, la Women’s Engineering Society convirtió el 23 de junio en el “Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería”, con el objetivo de destacar el papel de las mujeres ingenieras en un sector que ha contado tradicionalmente con más presencia masculina.
En DAM nos hacemos eco de esta efeméride entrevistando a Cristina Doménech, egresada en Ingeniería Agronómica por la Universitat Politècnica de València y responsable de planta del Centro de Valorización y Biogás, La Vintena, propiedad del Grupo DAM.
Cristina forma parte de DAM desde 2011, trabajando durante estos años en diferentes instalaciones gestionadas por la empresa valenciana, aunque mayoritariamente ha desarrollado su carrera profesional en “La Vintena”, ocupando desde 2020 el puesto de "Responsable de planta”.
Durante todos estos años ha continuado mejorando su formación profesional, ya que considera que un ingeniero “nunca para de aprender”. Todo ello ha sido posible gracias al apoyo de su marido y entorno familiar, que le ha permitido conciliar trabajo y familia a tiempo completo con la dedicación y sacrificio que conlleva la crianza de dos hijos.
El pasado 18 de noviembre se presentó el primer Estudio del Observatorio de la Ingeniería de España 2022 que señalaba que en nuestro país hay unos 750.000 ingenieros y las mujeres representan el 20%, ¿crees qué se reducirá en las próximas décadas esta brecha?
Estoy segura que esa brecha se reducirá y cada vez más rápido, ya que la sociedad lucha por la igualdad de oportunidades. Además, las mujeres en la ciencia han estado siempre presentes, aunque eso sí, enmascaradas y silenciadas.
En tu caso personal, ¿por qué decides estudiar una ingeniería?
Siempre he tenido una gran pasión por la biología, los procesos biológicos, las Ciencias en general y el porqué de las cosas: siempre tuve claro que era una “Chica de Ciencias”.
Además, soy de Alzira, población de la comarca valenciana de la Ribera Alta, donde estamos muy arraigados a la tierra y al cultivo de la naranja, por lo que quería estudiar alguna disciplina que me motivara.
Cuando cursaba estudios de secundaria, tuve la suerte de conocer a un profesor que tenía conocimientos de cualquier disciplina, ya fuera Matemáticas, Física, Química o Biología, y nos contó que era “Ingeniero Agrónomo”. En ese momento decidí que yo quería ser “Ingeniera Agrónoma”. Tenía dieciséis años entonces y ya lo tenía clarísimo.
¿Tenías referentes cercanos?
Sí, mi padre es “Ingeniero Industrial” especializado en “Mecánica” y siempre ha sido un referente para mí, puesto que su carrera profesional es admirable. Ahora mismo sigue siendo mi apoyo incondicional, ya que siempre ha sabido orientarme y darme ideas de gestión y liderazgo, que creo que son gran parte de mi éxito profesional.
De hecho, desde pequeña le he ayudado en el campo y en tareas de bricolaje, y lo que he aprendido con él no se enseña en la universidad. La responsabilidad y el sentido del deber son grandes lecciones que ha depositado en mí y por las que le estaré eternamente agradecida.
En el ámbito de la “Ingeniería Agronómica” esa brecha de género no era tan desmesurada como en otras carreras ingenieriles, ¿qué factores influían en este hecho?
Creo que la amplitud de esta carrera y las diferentes especialidades que tiene, la hace muy atractiva y versátil. Por ello, alguien que quiere estudiar ciencias, pero no tiene muy claro a que se quiere dedicar en el futuro, tendrá a su finalización muchas opciones laborales a su alcance.
En los últimos años se ha incrementado la presencia femenina en puestos de dirección, ¿está dejando de ser un ámbito reservado mayoritariamente para hombres?
Desde mi punto de vista, esto es un tema obvio, ya que creo que las personas deben llegar a los puestos por su valía, esfuerzo y trabajo, independientemente de su sexo. Ahora mismo pensar de otro modo no tiene cabida en nuestra sociedad.
Hablando en primera persona, ¿a qué dificultades te has enfrentado a lo largo de tu carrera por el hecho de ser mujer?
Siempre me he sentido valorada por mi esfuerzo, actitud y trabajo en la empresa. El hecho de ser mujer nunca me ha limitado para crecer profesionalmente y lidero un equipo, formado sobre todo por hombres, en el que trabajamos juntos con confianza y respeto.
A nivel profesional, nos gustaría que nos cuentes las actividades y trabajos desarrolláis en La Vintena.
“La Vintena” es un centro de valorización de residuos que cuenta con una línea de procesado de residuos envasados, procedentes mayoritariamente de la industria agroalimentaria y de la distribución, que nos permite separar el producto de su envase para una mejor valorización de ambos.
Además, mediante el proceso de compostaje obtenemos un recurso de gran valor agronómico a partir de lodos del tratamiento de aguas residuales, residuos vegetales procedentes de parques, jardines y explotaciones agrícolas o residuos de alimentación, siendo una alternativa a su eliminación en vertederos.
¿Hacía donde se dirige el sector de la valorización de residuos?
La valorización de residuos está claramente orientada a la obtención de biocombustibles como el biometano, el biohidrógeno o el biodiesel. Paralelamente, también se están realizando muchos esfuerzos para conseguir que los residuos se vuelvan a convertir en materias primas para la obtención de productos de alto valor para la sociedad, como biopolímeros.
¿Cuál es tu mayor reto a nivel profesional?
Mi objetivo es, conjuntamente con el resto de los compañeros que integran “La Vintena” y el apoyo de los técnicos de DAM, hacer crecer la instalación a todos los niveles.
Por último, ¿qué consejos darías a las estudiantes que están pensando cursar una ingeniería?
Desde mi experiencia personal, les diría que es la mejor opción si deciden estudiar el área de “Ciencias”, ya que en una ingeniería te dan los recursos para pensar rápido, resolver problemas y afrontar retos con una buena base de conocimiento y cálculo, que serán los cimientos para desarrollarse en su vida profesional.