Un proyecto europeo aborda las barreras normativas a la innovación en la reutilización de agua residual
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Abordar las barreras normativas que frenan la innovación en el sector de la reutilización de las aguas residuales para impulsar los principios de la economía circular. Este es el objetivo principal del proyecto europeo “SUSTAINABLE WASTEWATER TREATMENT COMBINING ANAEROBIC MEMBRANE TECHNOLOGY AND WATER REUSE”, que se reunió la semana pasada en la Universitat Politècnica de València.
En él participan investigadores de la Unidad Mixta de Investigación CALAGUA -formado por personal del Departamento de Ingeniería Química de la Universitat de València (IQ-UV) y del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València (IIAMA-UPV)- junto a un equipo de trabajo integrado por técnicos de la Comisión Europea, organismos públicos, universidades, centros de investigación, empresas y usuarios finales procedentes de 5 estados miembros de la Unión Europea.
Esta iniciativa forma parte del programa europeo “Innovation Deal for Circular Economy” y busca poner en contacto a diferentes grupos de interés de un sector concreto para estudiar y proponer soluciones a las barreras e impedimentos que las normativas europeas, nacionales y regionales ponen a la innovación.
De hecho, pretende ser un instrumento para avanzar hacia una administración moderna que proporcione marcos regulatorios adecuados para impulsar soluciones innovadoras en el contexto de la economía circular y, por tanto, “alcanzar los objetivos políticos a través de la innovación”.
“En estos momentos sólo existen dos proyectos de este tipo aprobados por la Unión Europea. Los resultados que se obtengan en nuestro caso contribuirán a impulsar la implantación de tecnologías innovadoras para la reutilización de agua regenerada en agricultura” afirma Aurora Seco, catedrática de la UV y coordinadora del proyecto.
Ámbito de actuación del proyecto y socios
Según Aurora Seco, el ámbito de actuación del proyecto se centra en analizar el marco regulatorio existente en la reutilización del agua para fines agrícolas. Los trabajos desarrollados hasta el momento han permitido detectar barreras normativas cuya superación será necesaria “para que se pueda permitir una mejor recuperación de los recursos de las aguas residuales a través de la tecnología anaerobia de membranas (AnMBR)”.
En este sentido, la responsable de la Unidad Mixta de Investigación CALAGUA resalta el impacto positivo que puede tener este pionero estudio en las regiones europeas con escasez de agua.
En este proyecto participa la Comisión Europea, junto a diferentes autoridades públicas como son la Confederación Hidrográfica del Júcar, Águas de Portugal, The Energy and Water Agency (Malta), la Consellería de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural de la GVA y la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (EPSAR).
También forman parte del consorcio universidades (Universitat de València, Universitat Politècnica de València, Universidade Nova de Lisboa), centros de investigación franceses (el Institut Européen des Membranes y el Laboratoire de Biotechnologie de l'Environnement del INRA), el consorcio del proyecto H2020 SMART Plant, la empresa ECOFILAE, y la comunidad de de regantes del “Canal de Riego del Río Turia”, estos últimos como usuarios finales del agua regenerada.
Ventajas de la tecnología anaerobia de membranas
La tecnología de biorreactores anaerobios de membrana (AnMBR) se basa en un concepto más sostenible para el tratamiento de aguas, en el que las aguas residuales se convierten en fuente de energía, nutrientes (nitrógeno y fósforo) y agua regenerada susceptible de ser reutilizada, dada la elevada calidad, tanto microbiológica como en cuanto a contenido de sólidos, que presenta. De esta manera se contribuye a cerrar el ciclo de energía y materiales en el sector del tratamiento del agua de acuerdo con los principios de la Economía Circular.
Además, la tecnología AnMBR contribuye a reducir el impacto ambiental dentro del campo del tratamiento de la depuración ya que minimiza las emisiones de CO2 al evitar la oxidación de la materia orgánica y reemplazarla por la producción de un biogás adecuado para su aprovechamiento energético. Es importante resaltar que los tratamientos para agua potable y aguas residuales representan el 7.6% del consumo total de energía en todos los países de la Unión Europea. Por lo tanto, el ahorro de energía y la mejora de la eficiencia dentro del sector del agua implican un impacto positivo significativo en el consumo energético total.
Por último, la combinación del tratamiento de las aguas residuales mediante tecnología AnMBR y la fertirrigación (riego con el agua regenerada y los nutrientes que contiene) contribuye a aliviar los problemas de escasez de agua, a proporcionar estabilidad en la producción de alimentos y a aumentar el rendimiento económico de los cultivos al reducir las necesidades de adición de fertilizantes minerales. También presenta otros beneficios económicos, sociales y ambientales adicionales vinculados al aumento de la disponibilidad de agua: mantener la actividad económica en las zonas rurales y evitar el éxodo rural o la conservación de los ecosistemas asociados con las prácticas agrícolas.