STADLER instala la nueva planta de tratamiento mecánico del Área Ambiental de Ca na Putxa en Ibiza
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STADLER, empresa de origen alemán reconocida a nivel mundial por la entrega “llave en mano” de plantas de separación de residuos, ha diseñado y suministrado las nuevas instalaciones de 50.000 m2, comisionadas en diciembre de 2020.
Toni Roig, Gerente de las nuevas instalaciones, de la empresa UTE GIREF, asegura: “Para la contratación de los equipos de pretratamiento y afino se llevó a cabo un concurso en el que analizamos diversas propuestas. STADLER, una empresa de reconocido prestigio en diseño, suministro e integración de equipos con la que ya habíamos trabajado, presentó la mejor propuesta técnico-económica, ofreciendo una solución adecuada a nuestras necesidades”.
Así, situada en el Área Ambiental de Ca na Putxa, junto al vertedero insular, la planta ha sido construida y proyectada desde un principio bajo criterios de sostenibilidad, utilizándose para la elaboración del hormigón agua depurada del proceso de ósmosis de los lixiviados del vertedero. También el aire del interior es depurado mediante un biofiltro para el tratamiento de olores y está prevista la implantación de paneles solares fotovoltaicos en los 30.000 m2 de cubierta.
En lo que respecta a la clasificación, cuenta con tres líneas automatizadas: dos gemelas, para tratar los residuos sólidos urbanos y residuos de envases ligeros en diferente turno; y una tercera, independiente, para procesar de forma diferenciada los residuos orgánicos procedentes de la recogida selectiva con la última tecnología en separación para los procesos de tratamiento biológico.
Luis Sánchez, director de operaciones de STADLER, afirma: “El proceso se compone de la última tecnología y procesos para incrementar los ratios de recuperación y poder seleccionar la gran mayoría de los materiales reciclables”. En cifras, anualmente, está diseñada para tratar hasta 120.000 T de Residuos Sólidos Urbanos, 6.000 T de envases y 20.000 T de fracción orgánica de recogida selectiva.
De este modo, el objetivo de la planta es cumplir con la normativa europea en materia de tratamiento de residuos. Asimismo, pretende ser un modelo de sostenibilidad y sensibilización para la población. Para ello, se ha construido un centro de interpretación y un aula ambiental para realizar visitas guiadas y diferentes actividades de concienciación.
“Para la puesta en marcha hemos tenido en todo momento el apoyo y el asesoramiento especializado de STADLER. De este modo, se han conseguido unos porcentajes óptimos de tratamiento en tiempo récord. Desde nuestra experiencia podemos decir que STADLER es sinónimo de profesionalidad”, añade Toni Roig.
STADLER, tecnología punta para optimizar la clasificación
STADLER equipa sus instalaciones con la tecnología más innovadora de clasificación para mejorar la sostenibilidad del proceso, disminuir la necesidad de rellenos y fomentar, en definitiva, la economía circular.
Esta avanzada tecnología permite que, tras el proceso de clasificación y apertura de bolsas en la planta de Ca na Putxa, los residuos sean introducidos en un proceso de cribado por trómeles que separan las fracciones de naturaleza básicamente orgánica de las que contienen un alto porcentaje de envases y materiales reciclables. La materia orgánica es refinada en dos líneas de refino para conseguir la máxima calidad del compost y material bioestabilizado tras un proceso de tratamiento biológico.
Los otros materiales, por su parte, son procesados por los separadores balísticos y, en función de su rigidez, son enviados a las diferentes cascadas de separación óptica y separación de metales férricos y no férricos. Una vez clasificados, tras haber pasado el control de calidad se almacenan en bunkers automáticos para su posterior prensado y enfardado. De esta manera, al final del proceso, se recuperan fracciones de PET, PEAD, PEBD, PP, TETRAPACK, P/C, film orgánico, hierro, aluminio y rechazo.
“Estamos muy satisfechos de haber contratado los equipos con STADLER. Desde el primer momento fueron muy profesionales y resolutivos con todos los inconvenientes inherentes a nuestra condición insular. En pleno proceso de instalación, llegó la pandemia mundial del COVID-19. Incluso así, fueron muy diligentes con todas las medidas impuestas, tanto a la hora de retomar los trabajos, como de movilizar a su personal en cuanto fue posible. Gracias a esto conseguimos cumplir con los objetivos de proyecto a pesar de las dificultades”, concluye Toni Roig.