SIGAUS cierra el círculo del aceite industrial usado
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Por Eduardo de Lecea, Director General de SIGAUS
La Economía Circular se ha convertido en palanca de cambio económico, social y ambiental y se ha introducido con fuerza, tanto en la actual política de la Unión Europea, marcando claramente la línea a seguir para los Estados miembros, como en el caso de España, a través de la Estrategia Española de Economía Circular, que nos llevará a la urgente y necesaria transición hacia un cambio de paradigma basado en la sostenibilidad.
En este camino, los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor, como SIGAUS, tienen mucho que decir. Y mucho que hacer, junto a todos los agentes implicados en el ciclo de vida de los productos, para conseguir una verdadera desvinculación del crecimiento económico respecto al impacto ambiental.
Esto supone producir mejor, no necesariamente más, ni siquiera menos, sino lo suficiente, con menos consumo de recursos, menos emisiones y menor contaminación. Algo que, en estos momentos, es un requisito imprescindible (y estratégico) de cara a transformar el sistema productivo con el fin de impulsar un cambio de modelo que, a su vez, permita un progreso sostenible.
Precisamente desde la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y en el marco de ésta, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos en 2015 desde Naciones Unidas, se apuesta por estos aspectos, y se destaca la necesidad de que nuestro sistema económico sea más eficiente, más racional y más sostenible. Un sistema económico en el que se proteja el entorno en el que vivimos y se maximicen los recursos materiales y energéticos para que estos permanezcan el mayor tiempo posible en el ciclo de producción y consumo.
Y de eso, precisamente, es de lo que nos ocupamos los SCRAP, --las entidades encargadas de la correcta gestión de los distintos tipos de residuos que se generan en España--, pero más allá de esta labor, también de fomentar la prevención y la formación y sensibilización ambiental. Desde 2007, SIGAUS trabaja en la Economía Circular del aceite industrial usado. Por eso, cerramos el círculo que supone recoger el residuo allí donde se genera, trasladarlo a los centros de transferencia y tratamiento, y someterlo a los procesos adecuados para que pueda convertirse en nuevos productos o energía. Nos encargamos de que el 100% del residuo recogido sea aprovechado y por eso, porque el lubricante usado puede ser infinitas veces nuevo lubricante, o ser utilizado en forma de energía, entendemos que este es uno de los mejores ejemplos que existen de Economía Circular.
Porque utilizar el aceite usado sometido a regeneración para producir base lubricante evita tener que emplear petróleo en la producción de ésta. Porque la emisión de CO2 por tonelada de aceite usado regenerado es de 676 kg, un 42% menos que los 1.156 kg generados en el proceso de refino. Porque sólo en 2017 se han ahorrado 29,3 millones de barriles de petróleo gracias a la producción de lubricantes a partir de la regeneración de aceites usados. Porque el consumo energético de procesar 1 barril de aceite usado es de 217 kWh, menos de la mitad de los 505 kWh de refinar petróleo para producir la misma cantidad de base. Porque, en SIGAUS, somos Economía Circular.
Beneficios de ser más circulares
Además de estos datos, tampoco podemos olvidar las ventajas y beneficios en materia de oportunidades económicas y empresariales que trae aparejada la Economía Circular. Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) y el Foro Económico Mundial, este nuevo paradigma económico permitirá crear nuevos empleos y ocupaciones. Las proyecciones realizadas por estos organismos indican que de aquí a 2030 la Economía Circular puede generar un beneficio de 1,8 billones de euros en el conjunto de la Unión Europea, lo que supone 0,9 billones más que el actual modelo de economía lineal.
La Economía Circular, además, supone para las empresas numerosas oportunidades, nuevas líneas de negocio y servicios, y una importante reducción en el consumo de materias primas gracias al reaprovechamiento de los residuos producidos, además de menores costes de gestión de los mismos. En este mismo sentido, la Comisión Europea estima un ahorro en materias primas por parte de la industria de 600.000 millones de euros (un 8% de la facturación anual de la UE en 2015). La CE estima que la creación de empleo represente en torno a 580.000 nuevos puestos de trabajo asociados al nuevo modelo, de los cuales un 30% está vinculado al cumplimiento de la normativa comunitaria en materia de residuos, pero también a la ecoinnovación.
Las cifras hablan por sí mismas. Sin ninguna duda, ha llegado la hora de la Economía Circular.
Artículo publicado en el número 211 Noviembre/Diciembre 2018 de RETEMA