El sector del agua y su papel en la consecución de los ODS
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En el año 2011 se publicaba en la Harvard Business Review el artículo titulado “¿Cómo arreglar el capitalismo?”. En él, Michael Porter y Mark Kramer, académicos reconocidos en el ámbito de la estrategia y la competitividad, proponían evolucionar el concepto de responsabilidad social corporativa hacia la idea del Valor Compartido. Es pertinente hacer referencia a este concepto ya que en este momento los Objetivos al Desarrollo Sostenible (ODS) están en boca de todos como una de las iniciativas internacionales más transversales, y al que muchas compañías del sector del agua y todas las administraciones públicas hacen hincapié como una temática de alto interés y prioritaria para guiar planes de ciudades, regiones, y estados, con vistas al 2030. La idea de valor compartido parte del planteamiento que aquellas acciones que una empresa emprende para mejorar su impacto social y ambiental en la comunidad en la que están instalados o globalmente han de estar alineadas con su estrategia corporativa, es decir, con el objetivo de ganar competitividad. Si estas encajan, sin duda hay mayor probabilidad que impliquen nuevas inversiones de la propia empresa, que sean mantenidas en el tiempo, y que superen el conocido efecto de Greenwashing hacía iniciativas absolutamente integradas en su estrategia y actuaciones operativas en el día a día. De esta manera redundarán en mayores beneficios sociales y ambientales en las comunidades, siendo una estrategia win-win entre lo que es importante para la empresa y la sociedad.
Desde el Catalan Water Partnership llevamos cerca de un año y medio impulsando un grupo de trabajo sobre valor compartido con compañías socias del clúster. Pensamos que es una buena manera de vincular los grandes objetivos globales a los que la mayoría de actores se están comprometiendo en mayor o menor medida, es decir los ODS, con las iniciativas para mejorar la competitividad con el conjunto de los actores del sector, que es lo que en último término va a permitir a las empresas invertir más recursos en estas áreas. Ciertamente, hay pocos sectores en los cuales los objetivos de los ODS encajen tan bien para todos aquellos que trabajamos en áreas medio ambientales o relacionadas con la sostenibilidad, como es el agua. En este sentido es una ventaja, ya que resulta casi imposible no encontrar una iniciativa del sector orientada a la reutilización de agua, la economía circular o el ahorro de agua, que no esté estrechamente vinculada a alguno de los ODS más obvios.
Probablemente, con una visión más amplia nos daremos cuenta que el sector del agua prácticamente encaja con la mayoría de ODS: en el ODS 1 (Fin de la Pobreza), para garantizar el acceso al agua mediante mecanismos de acción social; en el ODS 3 (Salud y Bienestar), sobre la importancia del buen estado de las aguas residuales para garantizar la salud pública; en el ODS 6 (Agua limpia y saneamiento), en relación a la infraestructura necesaria para el buen estado del agua de consumo y aguas vertidas; en el ODS 14 (Vida submarina), ya que es clave para evitar los vertidos de aguas residuales sin tratar en la sostenibilidad de los recursos; y en el ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres), para la preservación del buen estado de la biosfera mediante la correcta depuración de las aguas residuales. Todos ellos son sin ninguna duda casos paradigmáticos en los cuales el sector del agua tiene mucho que decir. Pero también podemos hablar de otros ODS en los que el sector del agua puede aportar: en el ODS 2 (Hambre cero), para garantizar el suministro alimentario; en el ODS 7 (Energía asequible y no contaminante), con el papel de la generación de energía que pueden aportar las plantas de tratamiento de agua; en el ODS 11 (ciudades y comunidades sostenibles), con numerosas iniciativas para potenciar la economía circular y reutilización de aguas, potenciando comunidades sostenibles; o en el ODS 17 (Alianzas para lograr los objetivos), sobre el fomento de las alianzas y colaboraciones público-privadas y público-público, que sin duda tienen un papel clave en el sector del agua. Así mismo, desde el CWP, creemos que, en nuestro papel de sector económico, podemos contribuir notablemente en el ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico) o en el ODS 9 (Industria, Innovación e Infraestructura).
El sector del agua es un buen ejemplo de sector con gran potencial de crecimiento dado el enorme reto que representa el uso sostenible del agua en el mundo, en un contexto de mayor estrés hídrico y de cambio climático.
El sector del agua es un buen ejemplo de sector con gran potencial de crecimiento dado el enorme reto que representa el uso sostenible del agua en el mundo, en un contexto de mayor estrés hídrico y de cambio climático. Es un sector en el cual se deberá invertir más en I+D en los próximos años, y en el cual España tiene un buen posicionamiento internacional: España es uno de los países con mayores retornos a la inversión en I+D de los Fondos Europeos en áreas como medio ambiente y agua, con empresas líderes a nivel mundial operando en tecnologías clave de futuro como la desalinización, uno de los países que lidera la reutilización de agua y con previsiones de crecer en los próximos años, y con una gran base científica y tecnológica en nuestras universidades, centros de investigación y departamentos de I+D de las empresas.
En este sentido, si pensamos en todas las administraciones públicas que han situado los ODS en sus objetivos para el 2030 como un gran marco para guiar sus estrategias públicas y de inversión de los próximos años, y más aún cuando estamos hablando de la necesidad de una transformación de nuestro modelo productivo aprovechando los Fondos europeos de recuperación extraordinarios que han de llegar a España, probablemente haya pocos sectores como el del agua donde coincidan ese círculo virtuoso que proponía Michael Porter cuando hablaba de valor compartido: un sector con impacto social y ambiental positivo, que ayudará a la recuperación económica, y en el cual también las empresas privadas movilizarán sus propios recursos porque encaja con su estrategia. Si somos capaces de mejorar la competitividad de un sector económico clave, y a su vez contribuir a la consecución de los ODS, se tratará de un éxito colectivo para todos.
Artículo publicado en el número 226 Septiembre/Octubre 2020 de RETEMA.