Recicladores europeos celebran la adopción de la Ley de Materias Primas Críticas
- 1233 lecturas
EuRIC acoge con gran satisfacción la adopción por parte del Consejo de la Ley de Materias Primas Críticas (CRMA), cuyo objetivo es garantizar un suministro seguro y sostenible de materias primas críticas y reducir la dependencia de la UE de fuentes externas. El texto final, adoptado a principios de esta semana, aborda cuestiones críticas, y prevé que los proyectos de reciclado y transformación reciban sus permisos con prioridad respecto a los proyectos de extracción, en un plazo de 75 y 27 meses, respectivamente, en consonancia con la defensa de EuRIC y con los objetivos de la economía circular.
La CRMA esboza una lista de 77 materiales estratégicos y una extensa lista de 34 materiales críticos. EuRIC aplaude que el acero no figure entre ellos, ya que su inclusión sin datos científicos sólidos sentaría un precedente alarmante para la adición sin restricciones de materiales a la lista, sin condiciones claras ni una metodología de evaluación.
Además, EURIC está especialmente satisfecha con el establecimiento de objetivos mínimos de contenido reciclado para determinados materiales de los imanes permanentes, a través de actos delegados. La CRMA pide a la Comisión que adopte actos delegados que complementen el presente Reglamento estableciendo cuotas mínimas para los materiales recuperados de los residuos postconsumo a más tardar el 37 de diciembre de 2037. Aunque EuRIC había pedido que la fecha se adelantara a 2025, el resultado sigue siendo un avance importante en comparación con la propuesta de la Comisión.
La CRMA supone un paso positivo hacia la promoción del uso de materias primas secundarias en lugar de las primarias críticas o junto a ellas, incluidos los materiales procedentes de desechos metálicos y productos al final de su vida útil.
EuRIC mantiene su compromiso de colaborar con los legisladores para conectar eficazmente la CRMA con otros actos legislativos de la UE, como la propuesta relativa a los vehículos al final de su vida útil (VFU) y el Reglamento sobre diseño ecológico de productos sostenibles (ESPR), que permitirá compartir más datos sobre la cantidad de MRC en los distintos componentes de estos productos y establecer futuros objetivos de contenido reciclado.