Las prioridades de la industria del reciclaje para los próximos 5 años
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Por Alicia García-Franco, directora general de FER y vicepresidenta de EuRIC
Con el relevo en la presidencia de la Comisión Europea, ahora bajo el mandato de Ursula von Der Leyen, se anuncian nuevas medidas encaminadas a impulsar la economía circular en la Eurozona. De esta manera, dentro del anunciado Pacto Verde Europeo se incluye la necesidad de diseñar un nuevo plan de acción de economía circular, además de una serie de directrices para acelerar la transición a ese nuevo paradigma económico, basado en el máximo aprovechamiento de los recursos y en un desarrollo sostenible.
Por su parte, desde la Confederación Europea de Industrias del Reciclaje (EuRIC) también se han establecido cinco objetivos prioritarios para el periodo de gobierno de la nueva Comisión (2019-2024) cuyo cumplimiento consideramos que supondrían un salto cualitativo y cuantitativo para esa economía circular que según la Agencia Europea del Medio Ambiente se encuentra todavía “en pañales”.
EuRIC comparte la ambición reflejada en el Pacto Verde Europeo y su principal objetivo: hacer de Europa el primer continente neutral para el clima. Para ello, ha reclamado al Ejecutivo europeo que considere a la industria del reciclaje como agente clave en su faceta de puente entre la economía circular, la política de cambio climático y la transición hacia un nuevo modelo industrial
Desde la patronal europea del reciclaje consideramos que tanto el Paquete de Economía Circular como la Estrategia de Plásticos han allanado el camino hacia cadenas de valor más sostenibles. Sin embargo, una serie de obstáculos están impidiendo un mayor desarrollo de las actividades de reciclaje en Europa, que deberían abordarse urgentemente para desbloquear todo este potencial que existe en la transición hacia una economía circular y una neutralidad climática.
De este modo, desde EuRIC argumentamos que es prioritario establecer un mercado interno competitivo para el reciclaje que recompense a las cadenas de valor circulares tanto dentro como fuera de la Eurozona. Para ello, ha establecido cinco medidas clave, comenzando por premiar los beneficios ambientales del reciclaje para atraer esa demanda de materiales reciclados en nuevos productos y, además, nivelar el campo de juego con respecto al de las materias primas mediante instrumentos basados en el mercado y la fiscalidad, tales como la contratación pública verde y otros objetivos sobre contenido de material reciclado en determinados flujos de residuos.
En segundo lugar, ese mercado interno para el reciclaje deber articularse mediante procedimientos para el traslado de residuos más simples y rápidos, con criterios armonizados sobre el fin de la condición de residuo en flujos específicos, tanto a nivel nacional o como de la Unión Europea.
En tercer lugar, es necesario apoyar más al sector del reciclaje para conseguir que sea competitivo dentro y fuera de Europa. Y para conseguirlo es esencial que este mercado esté basado en la libre competencia, eliminando monopolios, mercados reservados o las subvenciones cruzadas; y que se desarrolle una visión pragmática, garantizando un acceso libre y justo a los mercados internacionales de productos básicos.
En cuarto lugar, es fundamental alinear la legislación sobre residuos y productos químicos a través de flujos circulares de confianza, eliminando gradualmente las sustancias potencialmente preocupantes en la etapa de diseño e implementando un enfoque basado en el riesgo que tenga en cuenta las especificidades intrínsecas de los residuos como recursos.
Por último, hay que conseguir que el diseño para la circularidad (ecodiseño) se convierta en la regla en lugar de la excepción, a través de requisitos para mejorar la reciclabilidad y el contenido de material reciclado en los productos. Debe hacerse mediante mecanismos de recompensa tales como el etiquetado ecológico, para potenciar las elecciones sostenibles en los consumidores.
Este quinto objetivo es fundamental para aliviar la presión que se ejerce actualmente sobre la industrial del reciclaje y poner el foco en la etapa de diseño, donde se determina el 80% de los posteriores impactos ambientales de los productos. En la actualidad, la gran mayoría de los productos puestos en el mercado están diseñados sin tener en cuenta el final de su vida útil. Sin embargo, el ecodiseño es de suma importancia para avanzar hacia una economía circular y debe extenderse a todas las categorías de productos.
Por todo ello, desde EuRIC consideramos que es el momento de pasar de las palabras a los hechos, estableciendo requisitos vinculantes para mejorar la reciclabilidad de los productos y el contenido de material reciclado en ellos.
Artículo publicado en el número 219 Noviembre/Diciembre 2019.