Plan de acción de la Unión Europea para la economía circular: progreso hasta ahora
- 3848 lecturas
- 3848 lecturas
El 25 de julio el Dr. Eric Ponthieu, responsable de Unidad de la Sección de Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente (NAT) de la Dirección General C (Trabajos Legislativos), del Comité Económico y Social Europeo (CESE, European Economic and Social Committee), impartió, a invitación del CIEMAT, la conferencia titulada “The EU Action Plan for the Circular Economy – Progress so far” (Plan de acción de la Unión Europea para la economía circular: progreso hasta ahora).
El ponente comenzó por establecer las diferencias entre los modelos de economía lineal y de economía circular, resaltando la idea de que esta última no es el resultado de unir los extremos del modelo de economía lineal, que comprendería los recursos naturales, su transporte, su tratamiento y aprovechamiento y la generación de subproductos derivados considerados ya como residuos, sino que es algo más complejo. En una simplificación extrema podrían considerarse varios tramos, donde los residuos son final e inicio de ciclo uniéndose así a los recursos naturales primarios, que luego pasarían a la producción o tratamiento de los recursos, consumo y, por último, gestión de los residuos, algunos de los cuales se reintroducirían nuevamente en el circuito. En realidad, el esquema de economía circular no es un único círculo, al contrario, se trataría más bien de círculos y subcírculos, con distintos niveles de implicación industrial, ciudadana, etc.
En la economía circular los subproductos de una actividad económica determinada pueden y deben considerarse como punto de partida de otra actividad económica, de forma que se incremente la eficiencia y el valor añadido en la ruta del esquema de la economía circular: producción, consumo, gestión de los residuos y utilización de estos residuos como recursos en sí mismos, capaces de iniciar nuevamente el ciclo productivo. Así, podrían considerarse distintas estrategias posibles, de menor a menor eficiencia en cuanto economía social, tales como: el reciclaje, la restauración o refabricación, la reutilización y redistribución, y el mantenimiento y la reparabilidad de los bienes de consumo (en este apartado hizo una mención a la obsolescencia programada). El ponente uso el énfasis en actuar sobre las primeras fases del ciclo de uso de un producto, incidiendo en la importancia del ecodiseño como primera etapa de la económica circular.
Eric Ponthieu puso de manifiesto las consecuencias del modelo de sociedad en el que vivimos, en el que los productos y materiales tienen un escaso valor y donde la ciudadanía no termina de asumir que gran parte de los productos desechados no deberían ir hacia los vertederos para su depósito o las incineradoras para su destrucción, sino que sería necesario encontrar formas de volver a introducir en el ciclo productivo aquellos subproductos susceptibles de ser reciclados, reutilizados, restaurados o ser empleados como fuente de energía por determinadas tecnologías, evitando el coste medioambiental que conlleva.
Ante esta situación y la balanza de importaciones y exportaciones de la Unión Europea, la economía circular no es sólo una tendencia, es una necesidad, con beneficios tales como: el empleo como materias primas de productos procedentes de otros procesos, diversificándose así los flujos de materias primas; el incremento del valor de productos, materiales y recursos al incrementar el tiempo de presencia en el ciclo productivo; y, muy importante, la disminución en la generación de residuos, con las implicaciones medioambientales inherentes a esta disminución. Es evidente que en este modelo de economía circular se impulsa un nuevo modelo de negocio, incrementando la competitividad al crear nuevas oportunidades, de productos y servicios innovadores. Entre otros datos, Eric Ponthieu destacó que aumentar la productividad de los recursos en un 30 % para 2030 supondría un incremento de un 1 % del PIB de la Unión Europea. Además, hay un aspecto interesante, resultado de este modelo productivo, y es la creación de oportunidades sociales para grupos minoritarios o desfavorecidos. Evidentemente, coexistirán modelos productivos lineales y circulares, siendo beneficioso la interacción entre ambos, desarrollando estrategias colaborativas para un desarrollo sostenible más eficiente.
Los aspectos más destacados a conseguir con el modelo de economía circular son: aumentar la competitividad, asegurar el suministro de materias primas y de energía, la reducción de la dependencia de las importaciones, y disminuir la presión medioambiental debida a la actividad humana.
En diciembre de 2015, la Unión Europea elaboró un paquete de medidas para apoyar la transición hacia una economía circular en la Unión Europea, incluyendo propuestas legislativas sobre residuos, reciclaje y reutilización. En 2017, la Comisión Europea introdujo medidas adicionales en relación al establecimiento de una plataforma de apoyo financiero de economía circular con el Banco Europeo de inversiones (BEI) y dictando normas sobre la gestión de residuos y tratamiento de sustancias peligrosas en equipos eléctricos y electrónicos. En 2018 estableció una “Estrategia de la Unión Europea para los plásticos en la economía circular”, para paliar el exceso de consumo de este producto y los problemas que genera –en los mares y océanos y en vertederos-. Nuevamente se puso de relieve la necesidad de diseñar estrategias para que la ciudadanía considere como residuos productos que pueden ser reintroducidos en el círculo productivo, así como de las tendencias europeas –en distintos países- para recuperar y reutilizar, como restauración de muebles, recuperación de envases de vidrio, etc.
En mayo de 2018 se han realizado cuatro propuestas legislativas con respecto a residuos; así por ejemplo, introducir tasas municipales en función de la proporción entre desechos y tasa de reciclaje; dictar recomendaciones para la separación de residuos en origen, incluyendo el compostaje doméstico; y medidas para la reducción al mínimo de envoltorios de plástico y envases de madera, metales férricos, aluminio, vidrio y papel. Estas medidas tienen por objetivo, entre otros, reducir el volumen de desechos en vertederos, potenciando la recuperación o reciclado de los productos que a día de hoy llegan a estas instalaciones, fomentando la corresponsabilidad ciudadana en la gestión de residuos.
Como se puso de manifiesto en el debate aún son mucha las barreras que encuentra este modelo de economía circular para su implantación efectiva. Entre las cuestiones planteadas: la necesidad de incluir la Economia Circular en las políticas de la Unión Europea fomentando su implantación como elemento transversal.,; el retorno a estrategias caídas en desuso hace décadas, como la recuperación de envases; la necesidad de educar para implicar a la ciudadanía y dotar de valor real para cada persona estos cambios de actitud, favoreciendo que sean una realidad en un futuro cercano. También se planteó la cuestión de la aplicación de modelos matemáticos a los estudios sobre economía circular que permiten la demostración y comprobación de los beneficios que supone la adopción de este tipo productivo para la sociedad en general.