La nueva ley de residuos catalana apostará por sistemas de gestión de alta eficiencia para los biorresiduos
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El director de la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC), Isaac Peraire, participó la pasada semana en Girona en la clausura del congreso sobre residuos Waste in Progress, donde ha presentado el Anteproyecto de ley de prevención de residuos y gestión de recursos de Cataluña que el Consejo de Dirección de la Agencia aprobó el pasado 9 de mayo y que iniciará el proceso de participación pública el próximo 5 de julio. Aprovechando que la edición de este año del congreso se centra en el papel de la fracción orgánica de los residuos municipales en los nuevos modelos de recogida, Peraire ha incidido en los cambios que la nueva norma introducirá en esta materia.
Calidad exigente del bioresiduo
Algunas de las novedades que ha avanzado el director son la obligatoriedad de recoger los residuos orgánicos con bolsa compostable y la clara apuesta por sistemas de alta eficiencia de recogida selectiva. En este sentido, Peraire ha remarcado que “hay que continuar implantando sistemas como lo lleva a puerta, y no sólo en los pueblos, sino también en los municipios más grandes. Reclamamos que ahora es el momento de las grandes ciudades”, ha asegurado.
En algunos puntos, la ley catalana tiene la vocación de sobrepasar las exigencias de la ley estatal y reclamar porcentajes de impropios a la fracción orgánica inferiores al 5% por en el año 2030. Por eso, Peraire ha puesto en valor el trabajo realizado en los últimos años y ha explicado que “en Cataluña, partimos de una situación consolidada, con más de 25 años de recorrido en recogida de la orgánica; por tanto, nos pueden permitir ir más allá”.
El Anteproyecto de ley también quiere aumentar las restricciones para los productos biodegradables, que tendrán que cumplir obligatoriamente la normativa europea. Este punto pretende evitar la expansión de microplásticos en el medio ambiente.
Impulso de la economía circular
El Anteproyecto de ley de residuos tiene como principal objetivo impulsar a la economía catalana hacia una economía más circular y eficiente en el uso de los recursos. Se prevé que la norma fomente un nuevo sistema productivo basado en la economía circular, garantice el uso racional de los recursos y priorice los productos y sistemas de reciclaje y reutilización.
Para ello, se pretende implicar a todos los sectores de la sociedad. Las medidas que se adopten en materia de residuos tendrán que ser coherentes con las estrategias de lucha contra el cambio climático y de residuo cero.
El anteproyecto inicia ahora el proceso de socialización con la voluntad de que el texto final incorpore aportaciones de entidades y ciudadanía de forma amplia. Por eso, Peraire ha apelado a la participación afirmando que “queremos que la ley tenga el máximo consenso; por eso, hablamos de un borrador que ya está a disposición de todos y le pedimos su participación, no queremos renunciar a nada”. “Estamos en la cuenta atrás para la aprobación del texto y queremos empezar a aplicar las medidas de inmediato, ya que no tenemos tiempo en perder”, ha asegurado el director. Está previsto que el Consejo Ejecutivo pueda aprobar el Proyecto de ley durante el primer semestre de 2023.
Un buen punto de partida
Actualmente, el 82% de los municipios catalanes realizan la recogida selectiva de la fracción orgánica. El servicio cubre el 95% de la población, mientras que el 5% restante tiene acceso al autocompostaje. En los últimos 25 años, desde que se inició la recogida de esta fracción en Cataluña, se han recogido más de 6 millones de toneladas. Unos residuos que, de haber ido al vertedero, habrían generado casi 4 millones de toneladas de CO2, mientras que con su tratamiento separado, en el que se obtiene compost, las emisiones han sido de la mitad. Teniendo en cuenta que un coche circulante 10.000 km/año emite una media de una tonelada de CO2, se ha ahorrado el CO2 producido por 1,5 millones de coches durante un año.