Los niveles generales de seguridad hídrica en África son bajos
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El Instituto para el Medio Ambiente y la Salud del Agua de la Universidad de las Naciones Unidas ha publicado, en vísperas del Día Mundial del Agua el 22 de marzo, un estudio sobre seguridad del agua en África. Para la evaluación, se emplearon diez indicadores que la cuantifican en los 54 países del continente.
Los autores principales, Grace Oluwasanya, Duminda Perera, Manzoor Qadir y Vladimir Smakhtin, director del organismo de la ONU afirman que este trabajo está limitado por datos “muy pobres” sobre cuestiones como el acceso al agua potable o el saneamiento, pero que, no obstante, ofrece algunas “conclusiones preliminares pero evidentes”.
“Las limitaciones de los datos no cambian el resultado principal de esta evaluación, que es sólido y claro”, afirma Oluwasanya. “Los niveles generales de seguridad hídrica en África son bajos. Ni un solo país, y mucho menos una subregión, ha alcanzado en la actualidad un estado que pueda considerarse modélico o incluso efectivo de seguridad hídrica”, continúa.
Por su parte, Duminda Perera destaca: “Esta evaluación para los países africanos pretendía crear un punto de partida cuantitativo y una plataforma para los debates posteriores con los agentes nacionales, regionales e internacionales; no es una receta ni una guía”.
Los investigadores pretenden que, a medida que esta herramienta cuantitativa se desarrolle, ayude a generar recomendaciones políticas específicas y a informar la toma de decisiones “y las inversiones público privadas para lograr la seguridad hídrica en África”, concluye Perera.
A excepción de Egipto, todas las puntuaciones de los países están por debajo de 70 (en una escala de 100). Solo 13 de los 54 países alcanzaron un nivel modesto de seguridad hídrica en los últimos años, y se considera que más de un tercio tiene niveles de seguridad hídrica por debajo del umbral de 45.
Peores resultados: Somalia, Chad y Níger
En conjunto, los 19 países por debajo del umbral albergan a 500 millones de personas. Entre ellos, cabe destacar a Egipto, Botsuana, Gabón, Mauricio y Túnez, que son los cinco países africanos con mayor seguridad hídrica, pero con unos niveles absolutos de seguridad hídrica modestos. Egipto, Botsuana, Gabón, Mauricio y Túnez, que son los cinco países africanos con mayor seguridad hídrica. Por el contrario, Somalia, Chad y Níger parecen ser los países con menos seguridad hídrica de África.
Según el informe, la seguridad hídrica nacional de la mayoría de los Estados africanos ha progresado poco en los últimos tres a cinco años. El número de países que han hecho algún progreso, un total de 29, se acerca al número de los que no han hecho ninguno, que son 25.
Agua potable, saneamiento y disponibilidad
El acceso al agua potable oscila entre el 99 % en Egipto y el 37 % en la República Centroafricana. Entre subregiones, el norte de África alcanza el 92 % y en el centro el 62 %. La media del servicio básico de agua potable en África es del 71 %, "dejando atrás a cerca del 29% de la población total", apuntan los autores. Es decir, que afecta a 353 millones de personas.
Respecto al saneamiento, unos pocos países, Seychelles y la mayoría de los países de África del Norte, han alcanzado cerca del 100 %. Aquellos con más dificultades son Chad y Etiopía. Las instalaciones y prácticas de higiene son mayores en el norte de África (67 %), y peores en África occidental.
La disponibilidad de agua per cápita es mayor en África Central, mientras que la mitad de los países del norte de África parecen tener una escasez absoluta, con menos de 500 metros cúbicos de agua per cápita al año. Debido a su crecimiento demográfico, la disponibilidad ha disminuido recientemente en la subregión de África Occidental, Central y Meridional, y, a escala de país, en Costa de Marfil, Camerún, Somalia, Mozambique y Malawi.
En eficiencia en el uso, los países con predominio de la agricultura obtienen una puntuación más baja. Las infraestructuras hídricas se consideran las mejores en la subregión de África Meridional, y las peores en África Oriental. Sudáfrica, con más del 25 % de todas las grandes presas de África, es superada por Ghana, Zimbabue y Zambia, probablemente debido a una sola megapresa en esos países. Por último, la capacidad de almacenamiento per cápita media de África solo ha aumentado un 3% en los últimos cinco años.
Residuos, riesgo de catástrofes y dependencia
Las puntuaciones de tratamiento de aguas residuales son más altas en los países del norte de África, y más bajas en la parte oriental y occidental. La gobernanza del agua parece estar más avanzada en las subregiones de África del Norte y del Sur, mientras que África Central es la menos avanzada.
El riesgo de catástrofes se ha mantenido sin cambios o ha aumentado. Egipto parece ser el país menos con menos riesgo tienen, mientras que Cabo Verde es el que más, seguido de Yibuti y Comoras. Los impactos del cambio climático empeoran la exposición de los países a las catástrofes naturales y superan su capacidad de adaptación. Por el contrario, en dependencia del agua de las naciones vecinas y su variabilidad de recursos, Egipto destaca como el país africano más dependiente.
Los autores piden que se establezcan normas globales para la medición de datos y la evaluación de la seguridad hídrica
Llamamiento mundial
Para comparar la situación de África a escala mundial, los autores piden que se establezcan normas globales para la medición de datos y la evaluación de la seguridad hídrica. “Con una disponibilidad de datos tan escasa, el progreso hacia la seguridad hídrica es difícil de evaluar con precisión”, argumentan. Por ejemplo, no es posible estimar el porcentaje de la población africana que tendrá acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura o de saneamiento gestionado para 2030, un Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU clave, acordado en 2015.
“La disponibilidad de datos, o la falta de ellos, puede ser en sí misma un excelente indicador”, recalca. Oluwasanya. “Es necesario que los gobiernos nacionales tomen medidas de inmediato con el apoyo de los agentes internacionales, para mejorar radicalmente los esfuerzos de recopilación de datos para África”, concluye.