La necesidad urgente de una mayor inversión en los sistemas de alerta temprana
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El cambio climático produce un aumento de la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos. Por ello, el debate sobre la necesidad de alertas y acción tempranas eficaces pasó al primer plano en la Cumbre de Adaptación Climática, celebrada los días 25 y 26 de enero.
La Cumbre, que se celebró en línea y estuvo auspiciada por los Países Bajos, reunió a los líderes mundiales y a las partes interesadas locales. En ella se puso en marcha un amplio Programa de Acción para la Adaptación y se hicieron nuevas promesas de financiación de diversas iniciativas para que el mundo adquiera una mayor capacidad de resiliencia frente a los efectos del cambio climático.
"Según la Organización Meteorológica Mundial, en los últimos 50 años se han producido más de 11 000 desastres como consecuencia de peligros relacionados con el tiempo, el clima y el agua, que han generado costos por un valor de cerca de 3,6 billones de dólares de los Estados Unidos", dijo el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en la sesión de apertura.
"En el último decenio, los fenómenos meteorológicos extremos y los peligros climáticos también se han cobrado la vida de más de 410 000 personas, procedentes en gran mayoría de países de ingresos bajos y medios bajos. Por eso he hecho un llamado para conseguir un progreso decisivo en la adaptación y la resiliencia", añadió.
Si bien el número de víctimas mortales en todo el mundo ha disminuido, los países pobres siguen estando expuestos de forma desproporcionada.
Además, Guterres advirtió que, como "una de cada tres personas todavía no está adecuadamente protegida por los sistemas de alerta temprana y los enfoques de acción temprana que tienen en cuenta los riesgos no están desarrollados en la escala necesaria, precisamos trabajar juntos para que los sistemas de alerta temprana tengan una cobertura mundial total para ayudar a minimizar esas pérdidas".
Gestión de los riesgos de desastre
En un evento especial dedicado a la gestión de los riesgos de desastre −uno de los temas de acción de la Cumbre de Adaptación Climática− se abordó la necesidad urgente de una mayor inversión en los sistemas de alerta temprana. En el evento se debatió también sobre la necesidad de traducir las alertas tempranas en medidas tempranas que tengan en cuenta los riesgos antes de que los peligros se ciernan sobre las poblaciones.
Este evento, que llevó por título "Medidas climáticas punteras: invertir en alertas y acción tempranas" (Getting ahead of the climate curve: Investing in early warning and early action), fue presentado conjuntamente por la Alianza para una Acción Temprana que Tenga en Cuenta los Riesgos (REAP), la Organización Meteorológica Mundial (OMM) a través de la Iniciativa de Riesgo Climático y Sistemas de Alerta Temprana (CREWS) y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (Federación Internacional). Reunió a dirigentes y encargados de la adopción de decisiones, incluidos aquellos de países que se encuentran en la primera línea de la lucha contra el cambio climático.
Durante el citado evento, Francia, Finlandia y la Comisión Europea anunciaron nuevos compromisos financieros con CREWS para crear capacidad en materia de sistemas de alerta temprana. La Ministra de Medioambiente, Clima y Desarrollo Sostenible de Luxemburgo, Carole Dieschbourg, presentó la estrategia de financiación climática de su país, que en los próximos cinco años duplicará el apoyo a los países más vulnerables, como los pequeños estados insulares en desarrollo.
Deficiencias de capacidad
Los sistemas de alerta temprana son una forma muy eficaz de adaptarse al cambio climático y de aumentar la resiliencia frente a los fenómenos meteorológicos extremos. Se estima que las inversiones en estos servicios pueden salvar tanto vidas como bienes por un valor al menos diez veces superior a su costo.
No obstante, solo el 40 % de los Miembros de la OMM cuenta un sistema de alerta temprana. Además, el Informe de la OMM sobre el estado de los servicios climáticos en 2020 reveló una incapacidad, a nivel mundial, para traducir las alertas tempranas en medidas tempranas.
"Hay una mayor conciencia y compromiso político a los más altos niveles para hacer frente a los impactos del cambio climático. Los sistemas de alerta temprana y las medidas que tienen en cuenta los riesgos son una de las formas más eficaces de adaptarse al cambio climático y de reducir el número de víctimas y las pérdidas económicas derivadas de fenómenos extremos", dijo el Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas.
"Necesitamos más predicciones que tengan en cuenta los impactos para contribuir a cerrar la brecha entre la alerta temprana y la acción temprana, de forma que las predicciones nos adviertan no solo de cómo estará el tiempo, sino también de lo que hará el tiempo", explicó. "Si queremos prestar buenos servicios de alerta temprana necesitamos buenas observaciones. Las lagunas de datos en África y en otras partes del mundo tienen un efecto negativo, especialmente en las zonas donde los datos son escasos, pero también a nivel mundial", comentó el profesor Taalas, al exponer los fundamentos de la propuesta de un Servicio de Financiamiento de Observaciones Sistemáticas (SOFF)".
Juergen Voegele, vicepresidente de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial, subrayó la necesidad de aumentar las inversiones en la adaptación.
Llegar hasta el último rincón
Según la Comisión Global de Adaptación, un aviso emitido 24 horas antes de la llegada de una tormenta u ola de calor puede reducir los daños resultantes en un 30 por ciento. Si se invierten 800 millones de dólares de los Estados Unidos en esos sistemas en los países en desarrollo podrían evitarse pérdidas de entre 3 000 y 16 000 millones de dólares al año.
En el Informe mundial sobre desastres de 2020 de la Federación Internacional se constató que, si bien ha aumentado el número de personas afectadas por los desastres climáticos, el número de víctimas mortales producto de esos desastres ha disminuido.
"Esto es un buen indicador de los progresos que hemos logrado y una señal de que los esfuerzos de reducción de los riesgos de desastre y de adaptación climática están dando resultado", dice Jagan Chapagain, Secretario General de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
"Pero esos progresos no se están produciendo con suficiente rapidez, especialmente en los lugares más afectados por el cambio climático. La mayoría de las personas que han muerto o se ven directamente afectadas como consecuencia de desastres climáticos provienen de países de ingresos bajos o medios bajos. Como los fenómenos meteorológicos extremos aumentan, debemos, de forma prioritaria, ayudar a las personas más expuestas y más vulnerables a los peligros y estrés climáticos, incluso cuando sean aquellas a las que más cueste llegar", añadió. El señor Chapagain aprovechó la ocasión para inaugurar el Marco de Acción de REAP, que define la forma en que los miembros de la Alianza ampliarán el alcance de la acción temprana que tiene en cuenta los riesgos, consiguiendo de esta manera que 1 000 millones de personas estén mejor protegidas contra los desastres en los próximos años.
En el evento se presentaron también iniciativas eficaces que están mejorando la resiliencia al clima de las poblaciones vulnerables. Un ejemplo de ellas es el proyecto DARAJA, que significa "puente" en suajili. En algunos asentamientos informales de Dar es?Salam (Tanzanía) y Nairobi (Kenya), DARAJA ha conseguido tender puentes entre las comunidades y los proveedores de información meteorológica y climática. El proyecto está financiado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, Desarrollo y Asuntos del Commonwealth del Reino Unido y está administrado por el Programa de Servicios de Información Meteorológica y Climática para África (WISER) del Servicio Meteorológico del Reino Unido.
En el Caribe, ocho países están recibiendo financiación de CREWS y reforzando la coordinación contra una amenaza común: los huracanes, dijo Arlene Laing, de la Organización Meteorológica del Caribe.
Compromisos con CREWS
La Iniciativa CREWS se puso en marcha en 2015, en la conferencia de París sobre el cambio climático, con el objetivo de recaudar 100 millones de dólares de los Estados Unidos para aumentar la resiliencia, especialmente en los países menos desarrollados y los pequeños Estados insulares en desarrollo.
Se estima que más de 10 millones de personas están protegidas por estos sistemas de alerta temprana a través de 13 proyectos que abarcan más de 50 países del mundo. Actualmente ocho países caribeños reciben financiación de CREWS.
El Comisario Europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenar?i?, anunció una primera contribución de 10 millones de euros a CREWS.
Por su parte, el Ministro de Cooperación para el Desarrollo y Comercio Exterior de Finlandia, Ville Skinnari, anunció que su país se unía a CREWS y aportaría 5 millones de euros al fondo fiduciario como parte del compromiso más amplio que los países asumían respecto de la adaptación al cambio climático. El Ministro mencionó que ese compromiso estaba alineado con los objetivos de REAP.
El Embajador del Clima de Francia, Stéphane Crouzat, anunció una nueva contribución de 4 millones de euros a CREWS, lo que eleva el total de las contribuciones que ese país ha aportado desde 2016 a 26 millones de euros.
El Asesor Especial del Secretario General sobre Acción Climática Selwin Hart se sintió alentado por los ambiciosos compromisos anunciados para ampliar a mayor escala las medidas de alerta y acción tempranas a través de CREWS y de REAP, cuyo objetivo es conseguir que 1 000 millones de personas estén mejor protegidas contra los desastres de aquí a 2025.
"La asociación que hemos visto hoy entre CREWS y REAP es exactamente lo que se necesita para cerrar la brecha entre la alerta temprana y la acción temprana y para proteger la vida y los medios de subsistencia contra las crisis climáticas", dijo Hart.
La adaptación al cambio climático será una plataforma clave de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se celebrará en Glasgow a finales de este año, según Anne-Marie Trevelyan, paladín internacional de la adaptación y la resiliencia y Ministra de Comercio, Energía y Crecimiento Limpio del Reino Unido.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Marco de Sendái para la Reducción del Riesgo de Desastres exigen que los gobiernos asuman el compromiso de reducir significativamente la mortalidad por desastres mundiales y de aumentar la disponibilidad de los sistemas de alerta temprana para 2030 y el acceso a ellos, así como de medir sus progresos en la consecución de esa meta.