Los metales recuperados del mar podrían usarse en dispositivos electrónicos
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Un solo teléfono inteligente puede contener hasta 62 tipos diferentes de metales, pero el suministro de estos componentes a menudo proviene de minas fuera de Europa con grandes impactos en el medio ambiente.
Según Sandra Casas, experta en agua del Centro Tecnológico Eurecat, cuando el agua de mar se vuelve segura para beber en una planta desaladora encontramos una fuente de metales más sostenible, “los metales generalmente se concentran en el proceso de desalinización inicial, pero normalmente se descargan nuevamente al mar”, dijo Sandra.
Cuando una planta desalinizadora transforma el agua de mar en agua potable, condensa sales, metales y otros compuestos en algo llamado salmuera. Este líquido sobrante generalmente se considera de poco valor, pero es aquí donde se pueden encontrar recursos como el indio, el galio y el litio, componentes fundamentales para dispositivos electrónicos como los teléfonos inteligentes. "Queremos recuperar estos metales y traerlos de vuelta al mercado", dijo Sandra, quien forma parte del equipo de coordinación de Sea4Value, un proyecto de economía circular que tiene como objetivo extraer y comercializar recursos de la salmuera de agua de mar.
El proyecto de la UE demostrará nuevas tecnologías en dos plantas desaladoras, una en el océano Atlántico (Fonsalia, Islas Canarias) y la otra en el Mediterráneo (Denia, España). Estas plantas probarán innovaciones como módulos de adsorción impresos en 3D y membranas de nanofiltración recubiertas, que tratarán y concentrarán la salmuera de manera que los metales y minerales se puedan recolectar de manera rentable.
Sandra cree que la ampliación de las innovaciones de Sea4Value podría algún día crear una economía más circular del agua a lo largo de las zonas costeras y hacer que las plantas de desalinización se conviertan en la tercera fuente principal de metales crudos y minerales de la UE, solo detrás de la minería y el reciclaje tradicionales. “El número de plantas desalinizadoras está aumentando porque es una forma fácil de producir agua potable para las personas cercanas a las costas, donde vive el 40% de la población de Europa”, dijo.
Pero un desafío clave se interpone en el camino de esta visión circular: los metales obtenidos directamente de las minas suelen ser los más baratos, a pesar de sus impactos ambientales y sociales, y Europa depende cada vez más de estas importaciones. La Comisión Europea dice que la UE necesitará aproximadamente 60 veces más litio para baterías de vehículos eléctricos y almacenamiento de energía para 2050.
Sandra advirtió a gobiernos y empresas que dejen de seguir este camino lineal y comiencen a ver las oportunidades de una economía circular. “Si podemos recuperar estos metales localmente y de manera rentable, tiene más sentido que depender de estas importaciones”, expresó.