Mejora la calidad del aire en Europa y disminuyen las muertes prematuras
- 1957 lecturas
La AEMA ha publicado su evaluación completa «La calidad del aire en Europa 2022», en la que se presenta la situación de la calidad del aire en Europa, se evalúan los efectos de la contaminación atmosférica en la salud y los ecosistemas y se determinan las fuentes de emisiones a la atmósfera.
Según el análisis de la AEMA, la contaminación atmosférica sigue planteando riesgos significativos para la salud en Europa, causando enfermedades crónicas y muertes prematuras. En 2020, el 96 % de la población urbana de la UE estuvo expuesta a concentraciones de partículas finas (PM2.5) superiores al nivel orientativo de la OMS de 5 microgramos por metro cúbico (µg/m³) de aire. La contaminación atmosférica también es perjudicial para la biodiversidad y daña los cultivos agrícolas y los bosques, causando importantes pérdidas económicas.
En la UE se producen al menos 238 000 muertes prematuras debido a las partículas finas
La mala calidad del aire, especialmente en las zonas urbanas, sigue afectando la salud de la población europea. Según las últimas estimaciones de la AEMA, al menos 238 000 personas fallecieron prematuramente en la UE en 2020 debido a la exposición a la contaminación por PM2.5 por encima del nivel orientativo de la OMS de 5 µg/m³. La contaminación por dióxido de nitrógeno causó en la UE 49 000 muertes prematuras y la exposición al ozono, 24 000.
Además de muertes prematuras, la contaminación atmosférica provoca problemas de salud y supone costes significativos para el sector sanitario. Por ejemplo, en 2019, la exposición a PM2.5 produjo un equivalente de 175 702 años de vida con discapacidad debido a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica en 30 países europeos.
Entre 2005 y 2020, el número de muertes prematuras por exposición a PM2.5 disminuyó un 45 % en la UE. Si esta tendencia continúa, se espera que la UE cumpla el objetivo del plan de acción «contaminación cero» de reducir en un 55 % las muertes prematuras causadas por la contaminación atmosférica de aquí a 2030.
No obstante, serán necesarios esfuerzos adicionales para cumplir la visión de contaminación cero para 2050 de reducir la contaminación atmosférica a niveles que ya no se consideren nocivos para la salud.
Pérdida de biodiversidad, daños a los bosques y cultivos
La contaminación atmosférica también perjudica a los ecosistemas terrestres y acuáticos. En 2020, se observaron niveles perjudiciales de depósitos de nitrógeno en el 75 % de la superficie total del ecosistema de la UE. Esto representa una reducción del 12 % desde 2005, mientras que el objetivo del plan de acción de contaminación cero de la UE es alcanzar una reducción del 25 % de aquí a 2030.
Según el análisis de la AEMA, en 2020 el 59 % de las zonas arboladas y el 6 % de las tierras agrícolas estaban expuestas a niveles perjudiciales de ozono troposférico en Europa. En 2019, las pérdidas económicas debidas a los efectos del ozono troposférico en la cosecha de trigo ascendieron a unos 1 400 millones EUR en 35 países europeos, y las mayores pérdidas se registraron en Alemania, Francia, Polonia y Turquía.
Más de la mitad de las emisiones de partículas finas proceden del uso de energía en los edificios
Según el análisis de la AEMA, la principal fuente de contaminación por partículas finas en Europa es la combustión de combustibles en el sector residencial, comercial e institucional. Estas emisiones están relacionadas principalmente con la combustión de combustibles sólidos para la calefacción de edificios. En 2020, el sector fue responsable del 44 % de las emisiones de PM10 y del 58 % de las emisiones de PM2.5. Otras fuentes importantes de estos contaminantes son la industria, el transporte por carretera y la agricultura.
La agricultura también fue responsable de la gran mayoría (94 %) de las emisiones de amoníaco y de más de la mitad (56 %) de las emisiones de metano. En cuanto a los óxidos de nitrógeno, las principales fuentes fueron el transporte por carretera (37 %), la agricultura (19 %) y la industria (15 %).
En general, las emisiones de todos los contaminantes atmosféricos clave en la UE siguieron disminuyendo en 2020. Esta tendencia ha continuado desde 2005 a pesar del considerable aumento del producto interior bruto (PIB) de la UE durante el mismo período, según el análisis de la AEMA.