Más de 60 ONG ambientales instan a la eliminación gradual del PVC antes de 2030
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Organizaciones de la sociedad civil acogen con satisfacción la publicación del informe de investigación sobre el PVC y sus aditivos por parte de la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA). Los hallazgos indican claramente daños ambientales y a la salud causados por algunas sustancias añadidas al PVC y la liberación de sus micropartículas.
Más de 60 ONG medioambientales piden a la Comisión Europea que elimine progresivamente el PVC de aquí a 2030. Por eso están presionando para que se limite el plástico nocivo y sus aditivos según el reglamento REACH.
El informe de la ECHA arroja luz sobre los impactos perjudiciales para la salud y el medio ambiente que plantea el PVC, algunos de los cuales se conocen desde hace décadas. Se destaca la nocividad de sus aditivos. Además, la ECHA confirma la existencia de alternativas seguras en todas las aplicaciones. El informe respalda la conclusión de que necesitamos una acción inmediata por parte de los responsables políticos de la UE para reducir los riesgos del PVC y sus aditivos. Desde estas organizaciones se está pidiendo a la Comisión Europea que actúe sobre el PVC, tal como se establece en la Hoja de Ruta de Restricciones bajo la Estrategia Química para la Sostenibilidad, y encargue rápidamente a la ECHA que prepare una restricción ambiciosa bajo el reglamento REACH como primer paso para facilitar una eliminación completa de este materiales para 2030.
Las ONG ven la necesidad de que esta restricción incluya no sólo sustancias problemáticas o grupos de aditivos individuales, sino también la producción, el uso y la comercialización del propio PVC. En su opinión, sólo deberían permitirse en condiciones estrictamente controladas los usos esenciales del PVC, para los cuales no hay alternativas más seguras disponibles y que son necesarios para proteger nuestra salud o seguridad o son críticos para la sociedad.
En su papel como modelo global de regulación química, también solicitan a la Comisión Europea y a sus Estados miembros que exijan una prohibición global del PVC en el marco del nuevo Tratado Mundial sobre los Plásticos.
La Comisión Europea ya reconoció los riesgos del PVC en el año 2000 en un Libro Verde titulado Cuestiones medioambientales del PVC. Desde entonces, la evidencia científica se ha agravado; El ciclo de vida de los productos de PVC se ha asociado con numerosas complicaciones para la salud, incluidas alteraciones endocrinas, deterioro reproductivo, cáncer, neurotoxicidad, supresión del sistema inmunológico e irritación respiratoria.
Las ONG confían en que la Comisión se tome en serio su responsabilidad y adopte las medidas necesarias desde hace mucho tiempo en relación con el PVC.