"El litoral catalán es muy vulnerable a la erosión que se incrementa con la subida del nivel del mar"
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En líneas generales, ¿en qué consiste tu tesis doctoral?
El objetivo principal de mi tesis fue el desarrollo y aplicación de un marco de riesgo costero para evaluar los impactos inducidos por una subida del nivel del mar, en base a las dos amenazas más relevantes desde el punto de vista del impacto producido: la erosión e inundación costera.
¿Cómo surge la idea de llevar a cabo este trabajo?
Este trabajo fue desarrollado dentro de un proyecto de investigación financiado por el “Ministerio de Economía y Competitividad” del Gobierno de España. La idea surgió para dar continuidad a varios proyectos realizados anteriormente en el departamento con la finalidad de formalizar una serie de herramientas, que permitan valorar cuantitativamente la vulnerabilidad costera y la evaluación de los impactos del cambio climático.
En zonas costeras con un nivel de riesgo alto, tanto debido a la magnitud de las amenazas o por la importancia de las consecuencias (e.j., en zonas de valor económico alto), los procesos de gestión del riesgo están fuertemente influenciados por las condiciones actuales. Sin embargo, a la hora de desarrollar medidas y/o planes de gestión a implementar en el territorio, es necesario considerar el efecto del cambio climático como un forzamiento que afectará a prácticamente todas las componentes que definen el riesgo.
¿Cuáles son sus principales líneas de investigación?
Mi actividad investigadora se centra en procesos costeros, gestión y planificación del litoral, cambio climático y medidas de adaptación.
¿Cuántos casos de estudio se han analizado?
El análisis se ha realizado a escala regional considerando todas las comarcas del litoral catalán. El análisis de las diferentes componentes ha sido aplicado en detalle a pequeña escala (a nivel playa, municipio, comarca) para evaluar las diferentes contribuciones, tanto en lo que se refiere a impacto como a consecuencias, e identificar zonas prioritarias o hotspots donde la intensidad de riesgo supone un problema para la gestión del territorio.
“La Costa Brava y la Costa Daurada serán las más afectadas económicamente por el impacto del cambio climático”
¿Qué resultados has alcanzado?
Desde el punto de vista del uso recreativo del litoral, las playas son el principal recurso a gestionar por lo que cualquier variación en su capacidad de carga, se verá traducida en un impacto en la actividad turístico-recreativa de éstas.
El retroceso esperado de la línea de costa, tanto por las tasas de evolución actuales como por la erosión inducida por un incremento del nivel del mar, implicará una reducción en el ancho efectivo de las playas del litoral para poder soportar su capacidad de carga, un factor clave para el desarrollo del turismo costero causando un impacto económico significativo y creciente en las próximas décadas.
Los resultados obtenidos indican que la costa catalana es altamente vulnerable a la erosión, la cual se verá incrementada por la subida del nivel del mar. La capacidad de carga actual de la costa catalana es de aproximadamente 1,57 millones de usuarios. A medio plazo (año 2050), esta capacidad se verá reducida un 21% de la actual solamente considerando las tasas de evolución litoral presentes. Si a esta situación le añadimos el efecto de la subida del nivel del mar, y usamos como referencia el escenario RCP8.5, la cantidad de usuarios que podrían albergar las playas catalanas se verá reducido un 40%. A largo plazo (año 2100), la reducción en el número de usuarios continúa manteniendo bajo el mismo escenario (RCP8.5) el 29% de la capacidad.
“La reducción en la capacidad de carga de la costa catalana supone un cambio en la cantidad de usuarios, lo que implica un cambio en la demanda turística”
Esta variación en la capacidad de carga disponible supone un cambio en la cantidad de usuarios, lo que implica un cambio en la demanda turística y por tanto en el gasto realizado afectando a la economía de la comarca. Considerando el RCP8.5 como referencia, y sin incluir el Barcelonès dado que su turismo no depende tanto de la playa como en las otras comarcas costeras, Baix Empordà, La Selva y el Tarragonès sufrirán las mayores reducciones al perder más de 800 millones de euros cada una en su PIB turístico a finales de siglo. En otras palabras, la Costa Brava y la Costa Daurada, las marcas turísticas más conocidas, serán las más afectadas económicamente, con una pérdida de PIB prevista de aproximadamente 2.200 y 1.820 millones de euros, respectivamente, debido a la previsible desaparición de sus playas.
“La costa catalana tiene una baja sensibilidad a la inundación costera dado su elevado frente de playa”
Por otro lado, los resultados obtenidos muestran que la costa catalana tiene una baja sensibilidad a la inundación costera dado su elevado frente de playa, exceptuando el Golfo de Rosas, el Delta del Llobregat y el Delta del Ebro, siendo estas las áreas con mayor valor ambiental. Además, se observa una diferente vulnerabilidad a la inundación en las tres zonas analizadas, siendo el Delta del Ebro la zona más vulnerable.
Para el año 2050, la superficie inundada para el Golfo de Rosas y Delta de Llobregat representará menos del 2%; frente al 9-27% de la superficie inundada para el Delta del Ebro, dependiendo del escenario analizado. Para proyecciones a largo plazo (2100), la extensión de la inundación para Golfo de Rosas y Delta del Llobregat aumenta significantemente para el escenario extremo alcanzando el 35% de la superficie, y el 80% para el Delta del Ebro.
A pesar de su vulnerabilidad, los hábitats existentes en estas zonas tienen una capacidad natural que permite mantener la provisión de los servicios ecosistémicos a la sociedad, aunque el paisaje costero se vea modificado. Si se traducen estos beneficios a términos económicos, el Golfo de Rosas y el Delta de Llobregat proporcionan al año 5.200 €/ha; y el Delta del Ebro 8.700 €/ha. Sin embargo, dependiendo de la aproximación empleada para evaluar el daño potencial obtenemos diferentes resultados. Por un lado, bajo la aproximación más común de considerar de que todo lo que se vea afectado se pierde, es evidente que a medida que se inunda se pierde valor.
Por otra parte, es reconocido que muchos hábitats costeros tienen una capacidad inherente de adaptarse a las nuevas condiciones y convertirse en base a su distribución actual y su capacidad de respuesta, por lo que el flujo ambiental no solo se mantiene si no que se incrementa sobre todo para proyecciones a largo plazo y bajo el escenario más extremo, cuyo valor en Rosas y Llobregat se incrementaría un 50% y en el Delta del Ebro un 80% debido a la re-naturalización de estas zonas y la conversión de estas zonas en áreas de elevado valor medioambiental como son los humedales y lagunas costeras.
Con respecto a la adaptación al cambio climático, las áreas litorales son consideradas zonas prioritarias dada su elevada susceptibilidad a daños naturales, una elevada exposición en términos de valores sociales y ambientales y el hecho de que están sometidas a uno de los impactos más relevantes como es la subida del nivel del mar.
“España se encuentra en una fase temprana de adaptación costera por lo que es importante evaluar las inversiones realizadas en esta primera etapa para situarlas en un contexto de planificación litoral a largo plazo”
España se encuentra en una fase temprana de adaptación costera por lo que es importante evaluar las inversiones realizadas en esta primera etapa para situarlas en un contexto de planificación litoral a largo plazo. La adaptación costera en España se financia principalmente a través de dos fuentes, el programa PIMA ADAPTA (Oficina Española del Cambio Climático) y el programa LIFE de la Unión Europea.
La inversión total realizada durante el periodo analizado (2010-2018) ha sido aproximadamente de 56 millones de €, donde el 57% ha sido dinero del programa PIMA y el 43 % ha sido financiado a través de los proyectos LIFE, observando diferencias en el patrón de financiación. Por un lado, las medidas estructurales, como son la regeneración de playas o la construcción de espigones, son financiadas fundamentalmente por el programa PIMA. Por otro lado, los proyectos LIFE están orientados a la protección medioambiental con un gran componente de concienciación y participación social.
En cuanto a la distribución geográfica, a día de hoy, no existe ningún criterio formal establecido para la distribución de las inversiones. La mayoría de la inversión se localiza en la zona Mediterránea, Andalucía, Cataluña y Valencia, las cuales concentran el 73% de la inversión distribuida por CCAA donde se combinan costas relativamente largas, elevado PIB costero, y una elevada vulnerabilidad costera.
“La adaptación al cambio climático y, específicamente, a la subida del nivel del mar, suele entrañar inversiones a gran escala con un tiempo de planificación y ejecución largo. Sin embargo, se han puesto en marcha acciones sin considerar su encaje en la planificación a largo plazo, lo que cuestiona su validez”
La adaptación al cambio climático y, específicamente, a la subida del nivel del mar, suele entrañar inversiones a gran escala con un tiempo de planificación y ejecución largo o muy largo, y repercusiones sociales potencialmente relevantes para las generaciones actuales y futuras. Sin embargo, se ha observado que en ocasiones se han puesto en marcha acciones que a priori funcionan como medidas de adaptación, pero se ejecutan con objetivos a corto plazo o sin considerar su encaje en la planificación a largo plazo, lo que cuestiona su validez. En otras palabras, han sido etiquetadas como una medida de adaptación, pero en su mayoría están diseñadas para resolver los problemas actuales.
Tras el estudio, ¿qué conclusiones has obtenido?
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La costa catalana es muy vulnerable a la erosión debido a su actual comportamiento erosivo, que aumentará significativamente bajo los escenarios probados de un incremento del nivel del mar. Este proceso puede tener consecuencias drásticas para la capacidad global de carga recreativa de las playas, uno de los elementos clave para el desarrollo del turismo costero.
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La Costa Brava y la Costa Daurada son las marcas turísticas cuyas economías dependen fuertemente de la actividad turística siendo, a su vez, las más afectadas por las variaciones en el número de usuarios de las playas, cuyo descenso del PIB superaría el 20% en el peor de los escenarios.
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Si el objetivo es mantener el uso recreativo de las playas, las acciones de adaptación deberían diseñarse para mantener la futura capacidad de carga de las playas en las zonas prioritarias, dentro de un rango determinado con el fin de mantener la contribución económica de las actividades turísticas costeras.
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Cataluña tiene una sensibilidad muy baja a la inundación por una subida del nivel del mar debido a su configuración costera, excepto en las zonas bajas que concentran los mayores valores naturales. La vulnerabilidad de estas zonas depende de la topografía, la geomorfología y el grado de impacto humano en la llanura de inundación, siendo el Delta del Ebro el más vulnerable a la subida del nivel del mar.
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A la hora de cuantificar el daño potencial en áreas de elevado valor ambiental, es necesario considerar la posible conversión de los hábitats siendo la zona intermareal asociada al nuevo nivel del mar una zona buffer o de amortiguación con un elevado valor natural.
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El diseño de estrategias de adaptación basadas en promover la resiliencia natural de los hábitats supondrá una oportunidad para cambiar el modelo de gestión hacia la protección y conservación medioambiental.
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El uso indebido del concepto de medida de adaptación cuando esta no lo es, provocará confusión y desconfianza en la sociedad mientras que no se avanza hacia una verdadera adaptación. Para superar este riesgo, es necesario contar con una hoja de ruta clara para la aplicación de las medidas de adaptación junto con una estructura de financiación adecuada.
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El tiempo es el factor más limitante en cuanto a adaptación costera. Los retrasos y/o las acciones que no se tomen de forma adecuada y oportuna durante las etapas iniciales podrían dar lugar a mayores costes en el futuro.
“Mi estudio contribuye a la implementación de medidas de adaptación al cambio climático y riesgos naturales en la zona costera en línea con el planteamiento de la “Estrategia de Adaptación al Cambio Climático en la Costa Española”.
¿Cuál es el impacto social de tu investigación?
Desde el punto de vista social y/o económico, los resultados obtenidos sirven para mejorar el diagnóstico y la gestión de los riesgos existentes, y la distribución de los recursos en la zona costera para dicho fin reduciendo el coste de las situaciones de riesgo.
A su vez, el principal impacto radica en la contribución a la implementación de medidas de adaptación al cambio climático y riesgos naturales en la zona costera en línea con el planteamiento de la “Estrategia de Adaptación al Cambio Climático en la Costa Española”.
“El premio es una gran motivación para seguir adelante con mi trabajo de investigación y divulgación científica sobre el cambio climático y visualizar la necesidad de adaptación”.
¿Cómo reaccionas cuando te enteras que has sido ganador del Premio a “Mejor Tesis Doctoral” de la Catedra de Cambio Climático?
Sinceramente, no me lo esperaba. Apliqué a este premio gracias a mi supervisor, José A. Jiménez ya que fue él el que comentó la existencia de esta iniciativa, y no lo dudé.
Cuando recibí el email notificando el veredicto no me lo creía y lo primero que hice fue mandarle un mensaje agradeciéndoselo ya que este premio es tanto mío como suyo. Es, sin duda, una gran motivación para seguir adelante con mi trabajo de investigación y divulgación científica sobre el cambio climático y visualizar la necesidad de adaptación.
“Este trabajo desarrolla un nuevo marco para la evaluación del impacto de la subida del nivel del mar en las zonas costeras, tanto desde el punto de vista recreativo como desde el punto de vista ambiental”.
¿Cómo mejora tu trabajo a la adaptación y mitigación al cambio climático?
Este trabajo desarrolla un nuevo marco para la evaluación del impacto de la subida del nivel del mar en las zonas costeras, tanto desde el punto de vista recreativo (a través de un modelo de capacidad de carga de las playas e impacto económico asociado) como desde el punto de vista ambiental (a través de mejoras en el modelo de inundación y valoración de los servicios ecosistémicos).
La caracterización del riesgo costero de forma individualizada para cada uso o función del litoral en base al daño inducido (en este caso, erosión e inundación por la subida del nivel del mar) y las componentes requeridas para su gestión (evaluación del impacto y sus consecuencias), permite proponer medidas de adaptación adecuadas, eficientes y sostenibles. Éstas representan un rango amplio de objetivos potenciales en la gestión costera: la economía frente a la protección del medio ambiente identificar las principales barreras para su implementación en base a factores tecnológicos, económicos, financieros y sociales.
Por último, ¿qué opinas acerca del futuro de la I+D+i en España?
Creo que nos queda mucho por hacer y mucho camino que recorrer. La inversión realizada en I+D+i en España está por debajo de la media europea, seguimos lejos del objetivo del 2% marcado para el 2020 a pesar de que hemos mejorado, un poco, en los últimos años.
Es evidente que sin ciencia no hay futuro y que es necesario aumentar la inversión y mejorar la contratación de nuestros investigadores.