La importancia de la colaboración para acelerar la circularidad en el sector de los plásticos
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La segunda sesión del Ciclo de Economía Circular de Funseam y Fundación Repsol ha puesto el acento en cómo conseguir acelerar la circularidad en el sector de los plásticos. La nueva legislación ofrece una oportunidad para llegar a mejores tasas de recuperación y reciclaje y hoy hemos conocido varias iniciativas que contribuyen a ello.
“La responsabilidad del productor, la mejora de los sistemas de recogida, el marco regulatorio, la innovación tecnológica o el ecodiseño son algunas de las palancas que pueden contribuir que el sector de los plásticos sea cada vez más circular”. Así lo ha manifestado Joan Batalla, director general de Funseam, en la presentación de esta segunda sesión, que se ha desarrollado online.
La jornada ha contado con la participación de Mireia Boada, Project Manager de Plastics Recyclers Europe, la organización que representa a los recicladores europeos que reprocesan los residuos plásticos y los convierten en material de alta calidad para la producción de nuevos artículos. Boada ha centrado su intervención en las certificaciones que han desarrollado desde la entidad, con el apoyo de sus más de 90 miembros. Son el Certificado de Reciclabilidad, el Certificado de Proceso de Reciclaje y el Certificado de Trazabilidad de Plástico Reciclado, que garantizan la trazabilidad en toda la cadena de valor y la transparencia sobre el uso y el origen del material reciclado, pero también ofrecen confianza en el mercado: “Vimos la necesidad de crear estas certificaciones a causa de los múltiples requisitos legislativos que ya se están exigiendo en los distintos países de Europa. Creemos que es importante certificar para poder comunicar mejor cómo trabajan las empresas, porque es de interés público”. Durante el proceso de certificación se comprueba que los proveedores de plástico reciclado también estén certificados, se analiza el tipo de material y su origen, cómo se maneja el stock y qué composición tiene el producto final. Además, también se analiza a las empresas que puedan estar subcontratadas en algún momento de la producción. Sin embargo, Plastics Recyclers Europe, a través de la marca Recyclass, solo ejerce de entidad auditora, en cada país hay distintos organismos que son los que se encargan de emitir las correspondientes certificaciones.
Durante la segunda parte de la sesión se han dado a conocer algunas iniciativas empresariales que contribuyen a la circularidad de los plásticos, en una mesa moderada por Sonia Albein Urios, responsable de Reciclado Mecánico del Instituto Tecnológico del Plástico-AIMPLAS, que ha querido destacar la gran transformación que está viviendo el sector, gracias al trabajo conjunto de todos sus actores: “Estamos trabajando en conjunto para obtener esos resultados que nos exige la normativa de España y Europa. Solo con trabajo común y complementario llegaremos a la sostenibilidad e innovación”.
Iniciativas empresariales circulares
Raquel Sánchez Magdaleno, gerente de Desarrollo de Negocio CR y EC de Repsol ha explicado el proyecto Reciclex, en el que trabaja la compañía. Se trata de una iniciativa para aprovechar la espuma de poliuretano presente en los colchones cuando llegan al final de su vida útil. “El colchón ya no es un residuo sino una materia prima”, ha recalcado, y ha detallado cómo se gestiona este proceso, en colaboración con los fabricantes. Los colchones se tienen que recoger de manera adecuada para evitar contaminaciones y facilitar el posterior reciclado y después se separan los distintos materiales para revalorizarlos. Con la espuma de poliuretano, en Repsol crean el poliol circular Reciclex que “contiene un mínimo de un 40% poliuretano, lo cual nos permite cerrar el círculo porque partimos de poliuretano y creamos poliuretano. Además, también contribuimos a la reducción de las emisiones de CO2, fiel al compromiso de descarbonización de nuestra compañía”.
Eduardo Cotillas ha presentado Food for Life-Spain, plataforma de la que es secretario general y que trabaja para fomentar proyectos de I+D+i en el sector agroalimentario. La forman más de 170 socios, entre los cuales hay muchas empresas, pero también centros de investigación, universidades, asociaciones y centros tecnológicos. Cuenta con 11 grupos de trabajo, uno de los cuales se centra en la calidad, la producción, el packaging y la sostenibilidad. Cotillas ha destacado algunas de las prioridades en las que se está trabajando, como “el desarrollo de nuevos tipos de envases o la identificación de nuevos materiales en envases y embalajes destinados al contacto con alimentos”.
La última en intervenir ha sido Isabel Goyena García-Tuñón, directora de Envalora. Esta plataforma se creó en 2022 para impulsar el sistema colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor, una política ambiental que considera que la responsabilidad de un productor hacia su producto se extiende hasta la etapa final del post consumidor, y por lo tanto abarca todo su ciclo de vida. Si bien esta herramienta ya se ha venido aplicando al envase doméstico, ahora se extiende al resto de envases industriales y comerciales: “Más de 690 toneladas de envases plásticos todavía van a vertedero y eso demuestra que hay que seguir mejorando en su circularidad. Aún hay fracciones de pequeñas empresas o polígonos industriales que tiran los envases con el resto de residuos industriales. Y el pequeño comercio lo trata como residuo municipal”. Según su directora, Envalora contribuye a la economía circular porque fomenta el ecodiseño y la reutilización de los envases, potencia la separación y el reciclado y pone en valor el contenido reciclado de los envases. La iniciativa se creó con 35 empresas del sector del plástico y ahora son casi 700.
La jornada ha puesto de manifiesto la necesidad de un enfoque colaborativo para incrementar la valorización y el reciclaje de los plásticos. La semana que viene el Ciclo de Economía Circular incidirá en la innovación y las soluciones tecnológicas para fomentar la circularidad en el sector.