El sector de la clasificación de textiles usados, al borde del colapso en toda Europa

El sector de la clasificación de textiles desechados para su reutilización y reciclado está al borde del colapso en toda Europa, y las alarmas han saltado con urgencia en los Países Bajos, Alemania y el Reino Unido. Sin una intervención inmediata, la crisis se agravará y causará daños económicos y medioambientales irreversibles.

El aumento de los costes, la caída de las ventas debido a la intensa competencia y las lagunas legislativas están poniendo en peligro valiosos recursos textiles reutilizables y la economía circular. La combinación de ropa de segunda mano sin vender debido a una caída global de las ventas y la falta de modelos de negocio para el reciclaje, los textiles desechados amenazan con acabar directamente en la incineradora sin ser reutilizados o reciclados.

Mariska Boer, presidenta de la rama textil de EuRIC, ha declarado lo siguiente: "La perspectiva de que la incineración se convierta en la única opción restante si la clasificación de los textiles desechados se vuelve económicamente inviable es profundamente alarmante. Todos los esfuerzos de la industria para crear una cadena de valor textil sostenible en una economía circular serían en vano cuando los textiles ya no puedan recogerse y clasificarse en Europa. Cuando la ropa de segunda mano ya no pueda suministrarse a los países que dependen de ella, esto tendrá un enorme impacto económico tanto a nivel local como dentro de la UE".

EuRIC no ha dejado de reclamar medidas urgentes a escala de la UE para evitar el colapso del sector de la reutilización y el reciclaje de textiles en el continente. Deben tomarse medidas rápidas para implantar sistemas de RPE de apoyo en virtud de la Directiva Marco de Residuos (DMR) revisada, mientras que las medidas de contratación pública ecológica, el establecimiento de un contenido reciclado obligatorio en los productos textiles y la introducción de criterios de reciclabilidad a través del reglamento de diseño ecológico (ESPR) son esenciales para estimular la demanda de materiales reciclados, fomentar las prácticas sostenibles y garantizar la viabilidad de la industria del reciclaje textil.