En los últimos años España ha iniciado un proceso de transición con vistas a eliminar su tradicional modelo de producción y consumo basado en la linealidad para consolidar otro circular que permita al país contar con una economía competitiva, independiente y climáticamente neutra de cara al futuro. Mediante estrategias enfocadas en la gestión eficiente de los recursos, el ecodiseño y la producción responsable, el Gobierno ha puesto en marcha una serie de mecanismos transversales a todas las etapas del ciclo y todos los sectores para acelerar el cumplimiento de los objetivos climáticos europeos. Hablamos con Margarita Ruiz Saiz-Aja, subdirectora general de Economía Circular del MITECO, para profundizar acerca de la situación actual en esta materia, los proyectos legislativos en los que están trabajando y las perspectivas que se barajan para el país en la próxima década.
España ha venido reforzando notablemente su apuesta por la economía circular en los últimos tiempos en línea con las estrategia de la Unión Europea pero, ¿cuál es el punto de partida del país?
Lo primero que me gustaría resaltar es que la economía circular no se mide con un único parámetro, ni siquiera para poder medirla a nivel comunitario. Cuando la Comisión Europea lanzó su Plan de Acción para la Economía Circular estableció un conjunto de 10 indicadores, por lo que concretar el punto de partida dependerá del indicador que utilicemos, por ejemplo en el de consumo de materiales en relación al PIB estamos en buena posición, pero si hablamos de la gestión de residuos urbanos, sin embargo, vamos por detrás de las exigencias. Sintetizando, la situación de partida es que necesitamos mejorar con carácter general y debemos avanzar en todos los ámbitos, de ahí que España haya decidido apostar por una estrategia independiente canalizada en Planes de Acción para lograr un avance y un cambio reales.
¿Cuál es el diagnóstico sobre la rezagada situación de España en materia de gestión de residuos? ¿Qué factores han influido en esta situación?
Hablando globalmente, no solo a nivel municipal, generamos muchísimos residuos, sobre todo en los sectores de la construcción y de la demolición; uno de los principales problemas es que cerca del 50% de los residuos aún se destina a vertedero, lo cual debe ser modificado. Si nos centramos en residuos urbanos, los datos de 2021 nos sitúan en una situación quizá un poco peor con solo un 40% de reciclado y ese 50% de destino vertedero, además de los rechazos y el vertido directo, que se han ido reduciendo en estos últimos años. Si bien teníamos que haber logrado en 2020 un objetivo del 50% de reciclado, en 2021 fue del 40%, por lo que aún tenemos un reto importante. Actualmente, el instrumento fundamental que provocará un cambio real es la Ley 7/2022 adoptada el año pasado de residuos y suelos contaminados para una economía circular, cuya puesta en funcionamiento nos permitirá ir avanzando en mejorar la gestión de los residuos municipales.
"El instrumento fundamental que provocará un cambio real es la Ley 7/2022 adoptada el año pasado de residuos y suelos contaminados para una economía circular, cuya puesta en funcionamiento nos permitirá ir avanzando en mejorar la gestión de los residuos municipales"
¿Qué impedimentos han lastrado el avance en los objetivos?
El fundamental ha sido lo barato que sale el vertido de residuos. En la medida en que los costes de depósito en vertedero son relativamente bajos, al productor de residuos le resulta más sencillo llevarlo a vertedero que destinarlo a otros tratamientos que se encuentran por encima en la jerarquía de residuos, lo que a su vez ha propiciado que se evolucione poco en la inversión de nuevas tecnologías de tratamiento. El impuesto al vertido contemplado en la nueva Ley resulta de especial relevancia, puesto que armoniza la situación en todo el territorio de España, evitando el turismo de residuos entre aquellas comunidades autónomas limítrofes con y sin impuesto, e incrementa el coste del vertido para potenciar otras opciones de tratamiento de cara a los productores.
Con el impulso de la circularidad van a aparecer nuevos tratamientos de residuos más ambientalmente responsables, y también se está produciendo un cambio en todo el ámbito de la producción y del ecodiseño, pues están apareciendo muchas nuevas actuaciones, soluciones innovadoras y startups que al final se traducen en nuevos puestos de trabajo e iniciativas que hacen movilizar otros sectores.
¿Cómo avanza el I Plan de Acción contemplado dentro de la Estrategia Española de Economía Circular?, ¿Qué ejes de entre los 5 prioritarios suponen un mayor reto?
Aún debemos esperar a finales de año para tener toda información porque el Plan acaba en 2023. Lo que sí conocemos es la situación con datos de noviembre de 2022 en relación a las 116 medidas contempladas, que nos indican que un 54% de las mismas ya están en ejecución, el 21% finalizadas, un 11% no iniciadas y un 4% indeterminadas. En algunos casos la falta de iniciación ha tenido que ver con alguna componente política o con los avances de la Comisión Europea a nivel legislativo, que nos han hecho frenar para poder adaptarnos a los mismos. No está mal, hemos comenzado y podemos decir que prácticamente las tres cuartas partes de las medidas están en ejecución o finalizadas, ahora queda esperar hasta finales de año para conocer el grado de ejecución global.
En este primer plan de acción realmente el grueso de las medidas están concentradas en el eje de residuos, pues cuando se elaboran la Estrategia y el I Plan de Acción teníamos un conjunto de medidas y directivas que era necesario transponer o revisar a nivel comunitario que afecta fundamentalmente a residuos y por ello este eje es el que quizá se ha desarrollado más. Desde mi punto de vista, donde hay que hacer un mayor hincapié es, por un lado, en la producción y consumo y en la información y sensibilización. Son dos ejes prioritarios, producción y consumo, y uno transversal, información y sensibilización, en los que habrá que avanzar. Ahora en este periodo hay muchas iniciativas comunitarias o propuestas de directivas cuya tramitación está iniciando o finalizando y que afectan a esos campos, veremos también su reflejo.
Estamos incidiendo también en los ámbitos de consumo e información, muy relacionados entre sí porque al final, en función de la información proporcionada al consumidor, éste tendrá mayor o menor poder de compra y decisión. Asimismo, importa el ámbito del ecodiseño, pues si los productos no se diseñan para que se puedan reparar o reciclar mejor, por mucho que informemos al ciudadano éste no podrá hacer una elección responsable.
"Cerca de las tres cuartas partes de las medidas del I Plan de Acción de la Estrategia Española de Economía Circular están en ejecución o finalizadas, ahora queda esperar hasta finales de año para conocer el grado de ejecución global"
¿Son optimistas en la consecución de metas y obligaciones propuestas en los diferentes programas y desarrollos legislativos?
Tenemos que ser optimistas, si no tendríamos una visión distorsionada. Desde las políticas públicas debemos tratar de avanzar y medir si nos desviamos para introducir las correcciones pertinentes. Precisamente por eso, decidimos canalizar la acción en Planes de Acción cortos que nos permitan ver cómo vamos y, de ser necesario, mitigar los posibles desvíos detectados, además de ir adaptándonos a las nuevas legislaciones que van apareciendo.
Ahora mismo se están movilizando muchos sectores, sobre todo el textil en lo que respecta a dar una segunda vida a las prendas mediante la reparación para reintroducirlas en el mercado, pero aún falta desarrollar tecnología para el sector que permita buscar soluciones y mejorar su comportamiento ambiental respecto a la gestión del residuo.
A nivel de residuos municipales tenemos nuevas obligaciones de recogida separada, lo cual está impulsando el diseño de plantas de compostaje para los biorresiduos, mientras que para la fracción resto se están buscando alternativas o soluciones que nos permitan obtener precursores que luego puedan introducirse en la industria petroquímica.
La nueva normativa impone obligaciones tanto a productores como a gestores de residuos, ¿Cuál está siendo su acogida?
En general, el impuesto al vertido contemplado en la nueva Ley mencionada anteriormente, no es algo nuevo, se veía venir. La Comisión nos había recomendado este tipo de instrumentos y era también demandado por las plantas de tratamiento al ver que, como buena parte se destinaba a vertedero, tenían una actividad baja. Claramente quienes acostumbraban a llevar sus residuos a vertedero y han acusado un aumento del precio han sido más reticentes, pero con carácter general ha tenido bastante buena acogida.
En el caso del impuesto a los envases de plásticos sí que ha habido más críticas, alentadas también por haber confluido con la crisis energética y el incremento de precios del IPC, lo cual ha desembocado en un mayor rechazo por el momento en que entraba en vigor. También se trata de un impuesto complicado porque afecta prácticamente a casi todos los ámbitos, incluso a las importaciones y su gestión está siendo algo compleja.
"El impuesto al vertido contemplado en la nueva Ley resulta de especial relevancia, puesto que armoniza la situación en todo el territorio de España, evitando el turismo de residuos"
Respecto a la normativa de envases dispuesta en el Real Decreto aprobado a finales del año pasado, lo que hemos hecho ha sido revisar en profundidad una norma que llevaba 25 años en vigor, rompiendo con el statu quo que había. Dicha revisión se ha hecho teniendo en cuenta la aplicación del principio de jerarquía para avanzar en medidas de prevención y reutilización, especialmente a nivel doméstico, que es inexistente.
Asimismo, está siendo una novedad el instrumento económico de responsabilidad ampliada del productor para aquellos envases domésticos y comerciales a los que no se aplicaba. En este caso, es la normativa comunitaria la que nos obliga a establecerla y aún estamos en periodo de adaptación para que el sector pueda organizarse y comience a ser responsable de los envases que ponen en el mercado. Siempre los inicios cuestan, más cuando afecta a la totalidad del sector, pues al final todos utilizan algún tipo de envase en su ámbito de producción.
¿Qué papel juegan los fondos de recuperación?, ¿Y el PERTE de Economía Circular?
Con los Fondos Next Generation hemos ejecutado dos líneas de trabajo. Una primera para territorializar parte de los fondos, es decir, casi seis millones de euros para que las Comunidades Autónomas mejoren la gestión de sus residuos municipales y los destinen a cuatro líneas de actuación relacionadas con la implantación de nuevas recogidas separadas, el tratamiento de sus residuos, etc., actuando a nivel del residuo municipal, que es donde tenemos que avanzar de forma importante.
La línea dedicada al sector empresarial cuenta con un presupuesto total de 492 millones de euros dividido en una primera línea a la que destinaremos 300 millones y que abarca el textil, el plástico y las energías renovables, y una segunda línea más general de ayuda a las empresas para avanzar en economía circular dotada con 192 millones. Hemos recibido en torno a 300 solicitudes pero aún estamos en proceso de resolución, con lo cual no sabemos siquiera qué proyectos resultarán beneficiados. En general, lo que pretendemos con esa poca cuantía, porque al final 192 millones es poco para hacer que las empresas avancen en todo aquello relacionado con la economía circular, es sobre todo potenciar el uso eficiente de los recursos materiales y el ecodiseño y mejorar la gestión de los residuos. Más adelante sabremos a través de qué proyectos concretos las empresas esperan canalizar su transición circular.
¿Trabaja el MITECO actualmente en el desarrollo de nuevas iniciativas para seguir avanzando hacia una economía circular?
En lo que respecta a los instrumentos normativos, trabajamos continuamente en el desarrollo de nueva legislación. Tenemos muchos proyectos en cartera que están iniciando su tramitación, como reales decretos, órdenes ministeriales menores o también un nuevo plan de gestión de residuos para sustituir al anterior. A nivel de financiación, este año verán la luz nuevas convocatorias para aquellos sectores que aún no han recibido, como el textil, el del plástico y el de bienes de equipos renovables.
¿Habremos alcanzado una efectiva circularidad en 2030?, ¿Cómo se presenta la España del futuro en esta materia?
A nivel del residuo municipal sí que vamos a ver en los próximos años un cambio. De aquí a 2025 seguro, pues la nueva normativa obliga a los municipios de más de 5.000 habitantes a tener desplegada la recogida a través del quinto contenedor de biorresiduos y muchas veces las entidades locales no adoptan medidas o cambios hasta que no está aprobada. Respecto a la parte más empresarial, estamos tratando de influenciar en el modo de pensar de las empresas organizando jornadas que les hagan ver que el modelo circular será el único viable en el futuro de cara a generar valor.
"Para el año 2030 habremos progresado, pero no habremos alcanzado plenamente el modelo circular, sería más realista macar un horizonte 2040"
A nivel legislativo, en la Comisión Europea se ha puesto todo patas arriba en apenas cuatro años de cara a generar un cambio de paradigma que nos haga más resilientes, autosuficientes y que nos permita recuperar la mayor cantidad de materiales dentro del continente, a lo que se suma la apuesta por el ecodiseño y el trabajo con el consumidor. Podemos afirmar que la economía circular se erige como una auténtica estrategia de supervivencia económica para los países de la Unión Europea.
Estamos en 2023 y muchas de las medidas que se están adoptando a nivel comunitario van a tener su reflejo mucho más adelante a sabiendas de que comenzarán a aplicarse en 2025, pues las empresas requieren cierto tiempo de adaptación. Para el año 2030 habremos progresado, pero no habremos alcanzado plenamente el modelo circular, sería más realista macar un horizonte 2040.