La Estrategia europea para Textiles Sostenibles enfrenta las primeras críticas
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La Comisión Europea ha establecido este 30 de marzo planes para hacer más sostenible a la industria textil, un sector que sigue estando poco regulado. Pero los grupos de la sociedad civil están alarmados porque el tan esperado texto pierde aspectos clave de los derechos humanos en su enfoque. Dado que la sostenibilidad ambiental y social son dos caras de la misma moneda, es una gran oportunidad perdida que un capítulo de la Estrategia de la UE para Textiles Sostenibles y Circulares parezca haberse perdido.
Se están vendiendo más productos textiles a un ritmo más rápido que nunca, ejerciendo una presión incalculable sobre nuestro clima, medio ambiente y personas. El consumo excesivo de ropa, zapatos y textiles para el hogar en Europa consume 675 millones de toneladas de materias primas cada año, y las malas condiciones de trabajo y las violaciones de los derechos humanos abundan en la industria textil mundial.
Las marcas y los minoristas ejercen un poder significativo sobre sus socios comerciales, lo que resulta en pagos atrasados, modificaciones unilaterales de contratos y precios por debajo del costo de producción. Los grupos de la sociedad civil, que desde hace mucho tiempo reclaman una estrategia que adopte un enfoque integral al abordar juntos los problemas ambientales y sociales del sector, emiten su primera reacción a la Estrategia Textil.
Reconocer a los trabajadores
Delphine Williot, de Fashion Revolution, considera que “la estrategia textil de la UE no ha logrado capturar el corazón palpitante de la industria textil: las personas que fabrican nuestra ropa. Si bien los esfuerzos para abordar problemas clave como la sobreproducción y el consumo excesivo son un buen comienzo para abordar el grave impacto ambiental de la industria, al clasificar el trabajo de los trabajadores de la confección como 'no calificado', esta estrategia no reconoce el valor del trabajo de la industria. Las cadenas de valor textiles de la UE no serán verdaderamente sostenibles si no se realizan esfuerzos para garantizar la libertad de asociación y la negociación colectiva, que en última instancia conducen a salarios justos para las personas que fabrican nuestra ropa”.
Sergi Corbalán, Director Ejecutivo de la Oficina de Defensa del Comercio Justo declara que “ni los aspectos ambientales de la producción de prendas de vestir ni los derechos humanos de los trabajadores textiles mejorarán si no se abordan las causas fundamentales de los mayores problemas de la industria: las prácticas de compra de las marcas. Las marcas utilizan el desigual equilibrio de poder entre ellas y sus proveedores para forzar unilateralmente prácticas de compra a su favor, como fijar precios de compra más bajos que los costes de producción, plazos de entrega cortos o cambios de diseño de última hora. Estas prácticas de compra reducen los márgenes de una fábrica, dejándoles poco o ningún espacio para invertir en producción sostenible o condiciones laborales, como un entorno de trabajo seguro o salarios dignos.
Seguimiento de los productos
Ben Vanpeperstraete, de Traidcraft Exchange estima que “el sector de la confección es notoriamente opaco y se necesita de manera crucial más transparencia. Varias empresas, grandes y pequeñas, ya están rastreando su cadena de valor y divulgando públicamente nombres, direcciones de fabricantes directos e indirectos, hilanderías e incluso campos de algodón. Ahora es el momento de que los reguladores intervengan e implementen una obligación ambiciosa para el mapeo y la divulgación de la cadena de suministro. Tal transparencia granular puede y debe ir de la mano con el pasaporte del producto digital y debe ser la base de datos significativos sobre salarios, uso del agua, condiciones de pago, etc.
Tamar Hoek, de Solidaridad sostiene que “la estrategia de la UE para textiles sostenibles ofrece la oportunidad para que la Comisión Europea desarrolle un enfoque holístico para abordar las prácticas ambientales, sociales y comerciales en la cadena de suministro de textiles. Las prácticas de diseño y compra tienen un impacto en las condiciones de trabajo, los modelos comerciales circulares no resuelven la explotación de trabajadores y agricultores, ni conducen a salarios e ingresos dignos. En la estrategia tal como se presenta ahora, la única forma de mejorar la sostenibilidad social es a través del CSDDD. Para que la industria textil sea verdaderamente sostenible, se necesita un enfoque holístico que analice el diseño, la compra, la producción, el consumo y el reciclaje desde una perspectiva social, ambiental y comercial”.
Normativa vinculante
Emily Macintosh, de la Oficina Medioambiental Europea considera que “acogemos con beneplácito que la Estrategia Textil contenga planes claros para normas vinculantes sobre el diseño de productos, objetivos para reutilizar más productos textiles y que una mayor parte de los costos del final de la vida útil de los desechos textiles sean asumidos por los productores. Pero no se puede ecologizar la moda rápida. Hoy, la Comisión Europea ha identificado la sobreproducción como el problema al señalar la cantidad de colecciones que las marcas lanzan cada año. Ahora debemos asegurarnos de que las acciones establecidas en esta estrategia se traduzcan en una responsabilidad real de la industria para todas las empresas, independientemente de su tamaño, y que no haya cláusulas de salida cuando se trata de la destrucción de bienes y garantizar la equidad para los trabajadores”.
Mathieu Rama, de la RREUSE afirma que “aunque contiene iniciativas alentadoras como la elaboración de requisitos mínimos de diseño ecológico para prolongar la vida útil de los productos textiles y salvaguardar una parte de la tarifa de responsabilidad extendida del productor armonizada propuesta para la prevención de residuos y la preparación para la reutilización de textiles, la Comisión no se compromete con un entorno más protector para las empresas sociales activas en la recogida, clasificación, reutilización y reventa de textiles. La orientación y el estímulo para los Estados miembros no serán suficientes en ese sentido”.
Judith Kirton-Darling, IndustriAll Europe concluye: ''para los sindicatos, la estrategia textil sostenible de la UE debe proteger a las personas y al planeta. Aunque hay muchas medidas medioambientales bienvenidas en la comunicación sobre textiles sostenibles de la Comisión, ¡falta el elemento social una vez más! Los trabajadores están en el corazón de un sector textil sostenible y circular, y se necesitan acciones concretas para garantizar que la transición verde del sector sea una transición justa que signifique dejar atrás a ningún trabajador o región. Continuaremos trabajando con los responsables políticos de la UE para garantizar que los trabajadores se beneficien de la transición verde del sector textil, y esperamos desempeñar un papel clave en el camino de transición del ecosistema textil que debería poner a los trabajadores europeos en el centro".