España, entre las regiones europeas más especializadas en economía circular
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Desde la Unión Europea hasta los gobiernos nacionales, regionales y locales, todas las administraciones están implicadas en la implementación de la economía circular. Hay que coordinar políticas energéticas, climáticas, industriales, de innovación o de empleo y es una cuestión que involucra a múltiples agentes.
Con lo anterior como precedente, Funseam ha publicado su primer informe 2024, titulado "Geografía de la economía circular en las regiones". En este documento, los investigadores Elisenda Jové, Eva Coll y Josep M. Arauzo-Carod analizan el rol de las administraciones locales en este proceso transformador, con datos del Eurobarómetro de la UE.
El documento recalca que la transformación de las estructuras productivas actuales debe ir necesariamente acompañada de una transformación de las estructuras espaciales de las actividades económicas.
Los resultados indican una elevada diversidad entre las regiones europeas, existiendo los efectos de las políticas públicas locales hacia la circularidad. De hecho, se observa cierta concentración de regiones en la implementación activa de acciones de economía circular, mientras que en otras regiones europeas la puesta en marcha de estrategias circulares sigue siendo limitada.
Los resultados muestran que la especialización en acciones de economía circular a nivel regional depende fuertemente del tipo de acción circular que se quiere emprender, existiendo una elevada heterogeneidad entre ellas.
En general, las regiones de Suecia, Dinamarca y España son las más especializadas en adoptar acciones orientadas a cerrar el círculo, posicionándose como regiones líderes del cambio de un modelo tradicional lineal a uno circular. Junto con ello, cuando se examina con cierta profundidad los diferentes tipos de acciones circulares, los resultados muestran que las regiones de Europa del Este también presentan una elevada especialización en procesos orientados a reducir el uso de recursos naturales (agua, energía, materiales y residuos), situándose como actores activos en términos de reducción de los flujos de los recursos.
Barreras y oportunidades
En términos de su dimensión espacial, los resultados muestran que las barreras más altas se encuentran principalmente en las regiones españolas, griegas, rumanas y algunas polacas. Asimismo, también es importante señalar que la heterogeneidad espacial con respecto a las barreras requiere un gran esfuerzo en términos del compromiso de todas las instituciones públicas (regionales) involucradas para superar estas barreras.
Los resultados del estudio muestran que algunas regiones europeas no están preparadas para cumplir el ambicioso objetivo de ser completamente circulares en un futuro próximo. De cara a la medición del progreso, el estudio ha hallado que es importante distinguir entre diferentes acciones orientadas a cerrar el círculo, de modo que el uso de indicadores unidimensionales no es adecuado para capturar la naturaleza multidimensional de la economía circular.
Junto con lo anterior, los investigadores remarcan que "a pesar de algunos avances positivos, muchas regiones europeas tendrán que intensificar sus esfuerzos para identificar los factores que obstaculizan o ralentizan las acciones de economía circular y diseñar instrumentos a nivel regional para abordar esta situación. De lo contrario, un mosaico fragmentado de caminos hacia la economía circular dentro de la Unión Europea dificultará alcanzar la neutralidad climática para 2050".