Carmen Crespo enfatiza la gestión hídrica responsable en Almería donde "cada gota cuenta"
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La consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, ha asegurado que la provincia de Almería “necesita aprovechar todas las fuentes hídricas disponibles” para poner solución al déficit hídrico y garantizar el abastecimiento de la población y de todos los sectores productivos, especialmente la agricultura. A juicio de Crespo, la provincia almeriense “no puede desdeñar ningún recurso porque en esta tierra seca cada gota cuenta” y ha defendido el mantenimiento del trasvase Tajo-Segura, así como “una apuesta clara por las aguas desaladas y regeneradas con hechos e inversiones”.
Crespo se refiere así a las declaraciones de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en las que apunta a una reducción del agua disponible del Tajo que se compensará con un mayor rendimiento de varias desaladoras de Almería a partir de 2024, fecha en la que está previsto por el Gobierno central que concluyan las obras de mejora de las desaladoras de Bajo Almanzora, Carboneras y Campo de Dalías.
La consejera ha hecho hincapié en que el trasvase Tajo-Segura es “vital” para garantizar el suministro en el Levante de Almería, al tiempo que ha advertido de los perjuicios de establecer unos “caudales ecológicos excesivos” que supongan “dar un paso más” en el objetivo último de clausurar este trasvase. “Del trasvase depende el abastecimiento de 150.000 habitantes y el riego de 23.000 hectáreas de cultivos”, ha remarcado.
Gestión del agua sin ideología
A este respecto, Crespo ha vuelto a insistir en una “gestión solidaria y alejada de prejuicios ideológicos” del trasvase, donde primen “los criterios técnicos y científicos frente a los políticos”. Por ello, ha vuelto a realizar un llamamiento a la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica para que “escuche a los agricultores que necesitan del agua del Tajo-Segura”, porque la clausura de esta transferencia conlleva “un grave impacto sobre el futuro del sector agroalimentario y, por consecuencia, en el desarrollo económico, social y medioambiental del levante almeriense”.
Respecto a las aguas desaladas, la consejera ha dicho que “espera” que las fechas fijadas por el Ministerio para las mejoras en las desaladoras de Bajo Almanzora, Carboneras y Campo de Dalías “se cumplan y no tengamos que hablar de nuevo de más retrasos”, sobre todo cuando el Gobierno de España “ya lleva años reduciendo el caudal del trasvase Tajo-Segura y la fecha prevista para la conclusión de estas obras se extiende, al menos, hasta 2024”.
Además, Crespo ha vuelto a pedir al Gobierno central una mayor bonificación del agua desalada para que ésta no supere los 0,30 euros el metro cúbico y, de esta forma, evitar que el sector agrario almeriense “pierda competitividad frente a otras regiones agrícolas y se agrave la crisis que sufre el campo como consecuencia de un escenario marcado por el alza desorbitada de los costes de producción”. Una medida que también beneficiaría a la población al reducir el precio del agua desalada.
En esta línea, la consejera ha vuelto a reclamar al Ministerio para la Transición Ecológica la ejecución de las obras de interés general del Estado que están pendientes de poner en marcha. Así, se ha referido a la conexión entre Tabernas y la Venta del Pobre para poner fin a déficit hídrico que padece esta zona de Almería.
Aguas regeneradas
En lo que se refiere a la utilización de las aguas regeneradas para el riego agrícola, la consejera ha resaltado la apuesta inversora que está desplegando la Junta de Andalucía en la provincia de Almería para el uso de esta fuente adicional, a través de obras en depuradoras, como la de Adra o Roquetas, que permitan el aprovechamiento de estos recursos en el campo.
Igualmente, ha destacado la línea de ayudas ofrecida por su consejería, con un presupuesto de 25 millones de euros, para promover la construcción de las conexiones que hagan posible usar las aguas regeneradas en las explotaciones agrícolas. Estas ayudas respaldan, por un lado, la conexión de las comunidades de regantes, juntas centrales y comunidades generales con estaciones depuradoras de aguas residuales o estaciones desaladoras para utilizar las aguas regeneradas en el riego de los cultivos; y por otro lado, para los nuevos regadíos abastecidos con estos recursos. “El objetivo es pasar de los 14 hectómetros cúbicos a los 28 hectómetros cúbicos de aguas regeneradas, el doble, en 2027”, ha enfatizado Crespo.